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Opinión

No Clarín, así no

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Sr. Director: 

 

Esta semana, como todas desde hace muchos años, tengo el recuerdo de ello incluso desde que tenía 8 años allá por 1968 y leía en sus páginas las hermosas crónicas sobre las hazañas de “Los Matadores” de San Lorenzo de Almagro, con aquel equipazo de Buticce, Villar, Calics, Albrecht, Rosl, Rendo, Telch y Cocco, Pedro González, el “Lobo” Fischer y el “Toti” Veglio, ¡campeones invictos! y dando show, ahora sigo con la costumbre, con la compañía de algún “cortado”, le contaba que anduve leyendo el Clarín. Los temas de la semana: el acuerdo con Irán, la inflación, el control de precios, etc., etc.

Vino a mi mente el siguiente pensamiento que lo comparto con los lectores, a ver que les parece.

Supongamos que un joven se le presenta a su padre y le plantea: “quiero estudiar”.

Bueno, contesta el padre: ¿qué querés estudiar?

¿Medicina? No: medicina no.

¿Derecho? Derecho no.

¿Ciencias económicas? No.

¿Alguna rama de la ingeniería? No.

¿Alguna ciencia básica? No.

¿Historia, ciencias sociales, sociología, filosofía? No.

¿Música, pintura, escultura, arquitectura, diseño gráfico? No, tampoco.

Y así siguiendo.

Bueno, entonces, ¿qué querés estudiar?

No lo sé.

Con todo derecho ese padre le dirá: bueno nene, vos estás un poco loco. Porque no podes plantearme que querés estudiar y a continuación nada de nada aceptas como opción.

***

O bien está Ud. con un amigo, que le dice: no hablemos de política. Es para conflictos. Hablemos de deportes.

Bueno, le contesta el otro. ¿Te parece bien que hablemos de fútbol? No: el fútbol me aburre. Bueno, entonces de tenis. No: el tenis me aburre. Bueno, hablemos de atletismo. No: el atletismo me aburre. Bueno, de voley. No. ¿De básquet? No. ¿De ajedrez? No. ¿Automovilismo? No. ¿Turf? No. Y todo así. Bueno, pensará Ud de su amigo: estás un poco chiflado. Me parece que el problema sos vos. Sos vos el que plantea que quiere hablar de deportes y después, contradictoriamente, no hay ninguna disciplina que te caiga en gracia. Mejor tomate unas vacaciones, subí y bajá el Aconcagua 3 o 4 veces, ordená tu cabeza y mejor nos vemos otro día porque no tengo ganas de renegar con locos.

***

Con Clarín me parece que pasa algo parecido a lo que le pasaba a ese padre con ese hijo complicado o al otro hombre con ese amigo estrambótico.

Porque, cuando lees el Clarín, por ej. sobre el tema inflación, se puede observar que:

. si el gobierno plantea la opción política “A” está mal.

. pero si plantea la opción “B” también está mal.

. y si plantea la opción “C” está recontra mal.

. y si el gobierno plantea la opción D también está mal.

. y la E también está mal, la F está mal, la G también, la H peor, de la I ni hablar, la J no, la L menos, la doble LL jamás, y hasta llegar a la Z todas las opciones están mal. Todo está mal. Todo va a salir mal según Clarín, los magnettistas y los clarinistas y los “clarinizados”. Que son miles y miles y miles entre propios y repetidores.

Según ellos, todo, absolutamente todo lo que hace el gobierno está mal.

Pero esto es muy muy loco. Es sospechoso que “todo pueda estar mal”. Eso, más que un análisis, parece producto de un miserable plan político.

¿Cómo puede ser que todo esté mal?

Esto no tiene lógica.

Porque entonces: ¿qué está bien?

Si Clarín sabe tanto de que hay que hacer con la inflación y con los problemas argentinos ¿porqué entonces no se organiza como un partido político y gana elecciones y se pone a gobernar? A ver que hace, a ver que logra.

De hecho hoy ya es el líder de un verdadero partido político: el partido político TEM (todo está mal).

Yo, en cambio, milito en el partido político MEB (mucho está bien). Mucho falta, pero muchas cosas salieron bien.

Está claro, me parece, que esa forma de presentar las cosas, la información, por parte de Clarín y todos los miles y miles de periodistas clarinistas clarinizados que lo repiten, como que todas las acciones del gobierno son malas, persigue un fin infame: destruir al gobierno. Demolerlo. Descuartizarlo. Desprestigiarlo. Inducir el odio. Inducir el pesimismo. Sembrar la desconfianza. A mí me parte el alma.

Porque se quiere desestabilizar el país. Clarín quiere incendiar el país. Con Uds. y con nosotros adentro. Es el síndrome (enfermo-enfermizo) de Sansón: si me caigo yo, se caen todos. Es un comportamiento de una perversidad inaudita. Nunca vista.

****

Por ejemplo: dice Clarín que el control de precios va a fracasar. Dice que va a fracasar “porque ya fracasó en el pasado”. Pero y ¿cómo sabe Clarín que va a fracasar? ¿Qué tiene que ver el pasado? Porque yo también fracasé una vez con mi equipo contra el equipo de fútbol de los hermanitos Bertero. Pero después me organicé mejor, contraté al “Quiti” Lencina, un buen arquero como Daniel Chiappini, algo más, y ya al siguiente encuentro se terminó el equipito de los hermanitos Bertero. El control de precios es una herramienta. Que puede funcionar o no, mejor o peor, según como se haga, con que energía, con que convicción, con que aparato de estado, como se combina con otras herramientas, como está la situación fiscal, como está la situación cambiaria, en que nivel están las tarifas de las empresas de servicios públicos, si el gobierno puede o no puede hacer acatar una pauta promedio de aumentos salariales de X porcentaje, que respaldo político tiene la medida, como acompañe la población, etc, etc. Son un montón de cosas. Es bastante complejo. Pero no se puede decir: “no va a andar”. Eso es ser maldito de sembrar dudas, desconfianza, etc. Eso es querer que los argentinos no resolvamos nuestros problemas.

Horacio J. Garetto

 

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