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Opinión

Maestro…Adónde estas?...Aquí estoy para servir...

Por Alicia Riberi

No desperté y dije voy a ser maestro, sino que fue forjándose en mí la necesidad de enseñar, pero más aún la necesidad de servir. Mis alumnos, cada uno, representaron un nuevo aprendizaje y siempre me despertaron ternura y nunca, rechacé a ninguno, aunque me hicieran enojar, porque cuando era chica me dolía mucho el rechazo y nunca hay que hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros. No hay premio más grande para un maestro, que un alumno te reconozca, te dé un beso, un abrazo y te diga seño, aunque hayan pasado muchos años. Gracias a todos los niños que regaron en mí la profesión docente y pido a Dios todos los días que les dé la posibilidad de realizarse como personas de bien y perdón si a alguno, no supe comprenderlo. A todos los docentes que pasaron por mi vida y con los que establecimos vínculos duraderos que permanecen a la distancia y aún en el tiempo, les deseo con todo el sentimiento que pongan toda la pasión en esta bendita profesión, porque en ella está el secreto del cambio social que esperamos. Ser maestro es ser discípulo de Cristo, el mejor maestro que quiso enseñarle a la humanidad el amor, la renuncia y el perdón y su pueblo lo crucificó, pero Él resucitó para que comprendamos que ni la muerte opaca las buenas enseñanzas. No importa ser reconocidos, lo verdaderamente importante es construir y servir a todos los niños y jóvenes que esperan de nosotros, le sembremos al menos, LA ESPERANZA.

Cuando escucho al Papa Francisco diciendo tantas cosas, que son verdades y enseñanzas y gente que es capaz de repudiarlo, cuando escucho gente que pone en dudas la realidad, cuando escucho desprestigiar a gente que ha luchado por la humanidad como nadie, me pregunto, adónde quedaron los valores, la capacidad de ver, de reflexionar, de dejar de lado el bienestar económico, priorizando las virtudes que hacen crecer a la humanidad. Es posible que dejemos de priorizar el bienestar de una Patria que reclama justicia, unidad, respeto por el hermano, sólo por unos pesos, o por acomodarnos a una realidad sin sobresaltos? Yo sinceramente, prefiero no ser rico en dinero y bienes materiales y no contar con grandes cosas, pero poder mirar de frente a tantos alumnos, a los que le prediqué el amor, la solidaridad, el compañerismo, la paz como modo de vida. No quiero el día que muera reprocharme el haber canjeado por bienestar, mis principios , mis valores , que son los que me inculcó mi vieja, relegando su bienestar…El docente que lleva en el alma la profesión, sacrifica tiempo, esparcimiento, honores, en bien de sus alumnos y se siente muy reconfortado solo con pocas palabras…-Hola seño y todo el afecto de esos muchachos o muchachas que pasaron por su vida y que de alguna manera hicieron ruido, cada uno con su estilo. La pobreza de las villas no me asusta, me asusta la pobreza de espíritu, que opaca el alma y ciega los ojos…vivir a oscuras es como no haber nacido, es como no haber descubierto la naturaleza en bruto, es como no haber descubierto la pureza de un niño, es como no haber descubierto que el amor es el método más antiguo y más infalible para que un niño aprenda en la casa y en la escuela. 

Mis queridos maestros, la vida no son cien años u ochenta, o cincuenta, la vida es un segundo y si no sabemos advertirlo, la vida habrá pasado sin darnos cuenta y seremos como una ráfaga inadvertida en la humanidad, que al menos los alumnos que pasaron y pasan por nuestra vida adviertan que fuimos una gota de agua que sumó al mar para ser mar. Que todos los maestros luchen por que cada niño o cada joven, tenga una oportunidad, aunque nadie sepa que se la dimos, nosotros sí lo sabremos y eso basta.

Ser un buen maestro, es ser discípulo del mejor maestro…JESÚS. MAESTRO…Adónde estás …aquí estoy para servir.

Alicia Riberi

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