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Opinión

La salud ¿cómo negocio o cómo derecho?

El cierre de la Clínica Nacer avivó una serie de debates siempre vigentes en la sociedad. El rol del sector privado en la prestación del servicio, el Estado como garante del acceso al derecho a la salud; la articulación público-privada y fundamentalmente ¿a dónde van a parar las ganancias? 

Rafaela Noticias anunció el 10 de agosto, lo que era el “run-run” en la esquina de Pueyrredón y San Martín: la “Clínica Nacer”, la única institución pediátrica privada de la ciudad, iba a cerrar sus puertas. Finalmente, el adelanto informativo se hizo realidad. Y sus directivos lo anunciaron el 25 de agosto. 

 

¿La razón? La pandemia hizo que los ingresos cayeran a “mínimos insostenibles”, según rezaba el comunicado emitido desde la Asociación de Clínicas y la Asociación Médica.

Con el cese de actividades de la empresa, Rafaela no solo se quedó sin un establecimiento especializado en pediatría y neonatología, sino que, además, puso en jaque a la ya colapsada guardia del Hospital “Jaime Ferré”. Su directora, la Dra. María Elena Infeld, si bien había confirmado el nombramiento de tres cargos en pediatría, también dejó en claro que la infraestructura pública no estaría en las mejores condiciones para absorber toda la demanda que se iba a desencadenar. 

A todo ese panorama, se suman también las familias que quedaron sin empleo. En pleno retroceso de la ocupación y la actividad económica reducida, el futuro de los trabajadores se volvió incierto. 

Pero, ante el devastador panorama, éste miércoles comenzaron a sonar los trascendidos y una luz al final del túnel habría comenzado a titilar muy despacito: la Clínica no cerraría ya que la provincia comprometió su apoyo. Con el correr de las horas, el Dr. Leonardo Parra confirmó a este medio que las conversaciones comenzaron y el Gobernador estaba dispuesto a ayudar en el salvataje de la empresa médica. 

 

Ante todo esto, surgieron varios interrogantes sobre la intervención estatal y el papel que juega el sector privado.

 

¿Es el rol del Estado asistir al privado cuando éste ve mermada su ganancia? En la teoría económica se habla del “derrame”, es decir, las ganancias del privado aumentan de tal manera, que se van derramando hacia las capas más bajas de la sociedad, beneficiando a éstos últimos. O al menos eso es lo que dicen los libros. 

 

¿La Clínica Nacer ha “derramado” suficiente para que el Estado ahora destine dinero de los contribuyentes a salvar una empresa? Uno podría decir que sueldos e impuestos forman parte de ese “derrame”. ¿Fueron suficientes?

 

El estado, de efectivizarse el salvataje, sale a responder cuando los números de los privados no cierran. Pero, con dinero público invertido ¿Ahora la Clínica atenderá también a personas sin Obra Social o Prepaga? ¿O se tratará de una articulación público-privada donde la ganancia solo es para los privados mientras que el Estado corre con todos los gastos?

Otra arista que entra a tallar en el análisis también es la situación de los trabajadores y trabajadoras ¿Teniendo las herramientas para evitarlo, el Estado dejará que se pierdan puestos de trabajo?

 

Claramente, son muchas las preguntas que se pueden hacer. Y también muchas las respuestas que se pueden dar; de un lado y del otro del mostrador. El análisis es mucho más extenso y entran a jugar múltiples variables. Por lo pronto, quienes toman las decisiones políticas están en una encrucijada. Sea la dirección que tome, generará grandes cuestionamientos: Los vecinos y vecinas solo quieren ejercer su derecho a la salud, los privados quieren hacer valer el derecho a comerciar.

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