Como una maldición egipcia la historia se repite ante nuestros ojos incrédulos de tanta maldad e ingenuidad, un grupo de la población que descree de los movimientos de superación colectiva, inducidos por los medios de comunicación salen a la calle con una proclama ficcionaria, basada en un engaño. Tan vacío y falso es ésta que piden democracia pero al no sentirse representados por nadie, hieren de muerte al mismo sistema que ellos dicen defender y deja al gobierno sin posibilidad de diálogo, dado que los verdaderos motores se ocultan tras el velo del anonimato, abandonando a esta gente incauta con la carga de actos peligrosamente destituyentes. Por gracia de un pueblo que ha elegido bien, este gobierno dotado de sabiduría e infinita paciencia, actúa en forma reflexiva y tolerante.
En este tema se pueden apreciar claramente tres elementos destacados, los sectores concentrados de poder económico, los medios de comunicación y una parte minúscula de la población con reivindicaciones vaporosas.
En cuanto a los medios, seguramente alguien podrá discutir que las marchas fueron promovidas a través de las redes sociales y no de los medios tradicionales, pero esto encierra el segundo engaño, al dejar de percibir que las redes no son más que nuevos medios de comunicación. Tomo como referencia los dichos de la especialista Beatriz Busaniche, en redes sociales y profesora de la UBA invitada por el ultraconservador noticiero de TN perteneciente al grupo Clarín. Ésta dio a conocer tres puntos centrales de lo que son estos sistemas sociales en la Web:
1) Las redes sociales son medios de comunicación y están alcanzadas en Argentina por la Ley 26522 que las enmarca. (Aquí perdió la sonrisa el periodista)
2) Tienen dueños y por lo tanto poseen políticas de línea editorial. (Aquí el apuro por terminar la nota fue evidente)
3) Manejan datos e información de los usuarios y los usan a conveniencia. (Terminó abruptamente la nota)
Aporta más Ariel Vercelli, investigador del CONICET y experto en tecnologías, asegurando que a través de ellas se ejerce la censura a nivel nacional e internacional y advierte a los usuarios de las redes que no son totalmente libres de escribir lo que quieran ya que están siendo monitoreados por esas empresas.
No debemos perder de vista que los grupos concentrados con sus medios, actúan coordinadamente en todo el mundo, donde Clarín es un socio importante, asumiendo que otrora fue el diario de mayor tirada de habla hispana, y siendo Facebook y Twitter pulpos con intereses supranacionales, es fácil intuir cual es su manejo en Argentina.
Por el lado de la gente movilizada es claro que para defender el sistema vigente y sino encuentran representatividad en los políticos actuales sería más provechoso organizarse en un partido para competir en elecciones libres y democráticas. Esto elevaría la discusión y abandonaría el pernicioso territorio que ocupa hoy la protesta, engañados por tercera vez al defender a los que llevaron al país a la ruina y a ellos a golpear las puertas de los bancos. O tal vez estemos en presencia del síndrome de la mujer golpeada que a pesar de ser una víctima, asume su sometimiento y defiende a su agresor perdonándolo con la promesa de un cambio futuro.
Más preocupante es el papel de la oposición que aprovechando la ocasión sólo se le ocurre salir a cosechar adhesiones para que Cristina no pueda viajar a la luna. Los mismos después de haber cambiado sus ideales por unos minutos de gloria son exponentes despreciados por sus antiguos jefes y por la gente que dicen representar. Después de observar que los medios han asumido el rol de mayor oposición y además no presentan ya ningún candidato, es fácil deducir cual será el camino elegido para asumir el poder, la evidente inocencia de estas personas que seguro persiguen otra intención puede conducirlos al engaño final.
Carlos Pedemonte