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Opinión

Dólares: ¿Se restringen las libertades individuales?

Sr. Director: Rafaela Noticias

Desde que se implementaron las restricciones para la venta de dólares, surgieron opiniones que consideran que la medida afecta la “libertad individual” y el derecho de propiedad.

Ningún derecho es absoluto, ni siquiera el de propiedad.

Desde el momento en que vivimos en sociedad, admitimos limitaciones a determinados derechos individuales, en aras del interés general.

Lo explico con un ejemplo: Si quiero poner una fábrica de baterías en mi casa, no podré hacerlo, porque perjudicaría a mis vecinos. Sin dudas, mi libertad individual se ve restringida, porque no puedo hacer lo que quiero en mi propiedad. Pero tengo que aceptarlo, en pos del interés social.

Y podría citar más: no puedo fumar en lugares públicos, no puedo construir sin respetar ciertas reglas, etc., etc.

O sea que, todos mis derechos tienen límites.

Entonces, ¿es legítimo que el gobierno tome medidas en función de lo que considera más conveniente para el interés de la sociedad? Sin dudas que sí lo es. Para eso fue elegido por el voto de la mayoría del pueblo argentino. Así es como funciona el sistema democrático.

El actual gobierno resolvió no permitir la venta de dólares con fines de ahorro.

La medida no afecta la libertad de viajar al exterior (prueba de ello es la editorial de este diario del día 26/09/12, que explica que con relación al 2011, este año viajaron afuera del país un 18,5% más de personas).

¿Por qué el gobierno decidió que no puedan comprarse dólares para atesorar?

Por las siguientes razones:

1. En primer lugar, porque el estado argentino necesita dólares para pagar las importaciones de los bienes necesarios para el funcionamiento de la economía. Máquinas e insumos para la industria y el campo, petróleo, medicamentos, etc. También para pagar los servicios de la deuda externa.

Como no puede emitirlos (y estamos en el marco de una crisis económica internacional), debió elegir entre: 1) vender los dólares que tiene, a los particulares para que los ahorren o, 2) utilizarlos para comprar los bienes que la economía necesita. Optó por esto último.

2. Pero además, porque cada dólar que se vende a un particular es, normalmente, un dólar que se va al exterior o al colchón. Es lo que se conoce como “fuga de divisas” (se estima que en la actualidad hay U$S 200.000 millones, pertenecientes a argentinos, en el exterior). Todo ese dinero, es plata que dejó de invertirse en la economía local, que dejó de aportar a su crecimiento.

Con las restricciones adoptadas logró disminuirse la fuga de divisas. De 18.000 millones en 2011 a, algo más de 3.000 millones en el primer semestre de 2012. La diferencia (de varios miles de millones) es plata que quedó en el mercado local.

Es decir que en la decisión de restringir la venta de dólares primó, sin dudas, el interés general por sobre el individual.

3. No está demás recordar que, en otras épocas no hubo limitaciones para la compra de dólares. Con Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía, podían comprarse libremente, para ahorrar, viajar y gastar sin restricciones. Lo mismo ocurrió en la década del noventa. Ambas experiencias terminaron con corridas bancarias, crisis en la balanza de pagos, devaluaciones y la economía nacional destruida.

En definitiva: Lo que estamos discutiendo son diferentes proyectos de país. Por un lado, el de quienes consideran que su derecho individual está por encima de todo y por otro, los que pensamos que (sin despreciar el interés individual), por sobre éste se encuentra el interés de la sociedad en su conjunto.

Este es mi punto de vista y no tengo inconvenientes en intercambiar opiniones con quien piense distinto, siempre que lo hagamos sin agresiones, sin ridiculizar la posición del otro y en el marco del respeto mutuo. Creo que vale la pena intentarlo.

Dr. Ricardo Romagnoli

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