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Opinión

Competencias, esa bendita palabra

Hablemos de uno de los papeles del profesional de Recursos Humanos en las empresas. 

En la carrera de Recursos Humanos tenemos pocos conceptos que se reiteran tanto como “gestión por competencias”.

 

Hay tantas definiciones como autores, pero personalmente una me seduce más que cualquiera. Su autor es Carlos Piñeyroa, un especialista español con larga trayectoria en gestión de personas y organizaciones, y dice que la gestión por competencias: “Es una combinación de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que, articulados por la motivación personal, generan un repertorio de comportamientos observables causalmente relacionados con el éxito en una tarea y contexto determinados”.

Entonces ¿qué hace a una persona exitosa en su actividad?, ¿qué es un Talento dentro de la organización? (grande, mediana, pequeña, en esto no hay distinción, sólo hay distintas competencias puestas en juego). 

Los invito a volver a leer la definición.

¿Se requieren los mismos conocimientos, habilidades, actitudes y valores para gerenciar, liderar, trabajar? No.

Las competencias que se necesitan siempre dependerán de la organización en la cual se desempeñe la persona, que sus valores coincidan con los de la organización, que sus conocimientos y habilidades sean los requeridos en ese momento por el lugar en donde se desempeña y el contexto en el cual le toque ponerlas en juego.

En una guerra es imprescindible que el líder imponga autoridad, pero ¿se imaginan ese mismo tipo de liderazgo en una empresa de tecnología donde los millennials son su mayor capital?

 Los soldados deben obedecer, es fundamental para que funcione un ejército (en situaciones críticas, en tiempos de paz sólo la obediencia no basta).  

El líder de una organización en la cual las personas eligen estar y dar sus capacidades, poner su propia camiseta (sí, cada persona tiene su propia camiseta que le presta por un tiempo a la organización en la cual se desempeña), tiene que tener las competencias de un coach. 

Es decir, descubrir y ayudar a detectar las habilidades de las personas con las cuales trabaja, para que los conocimientos que traen de la universidad o de la propia experiencia, aumenten las habilidades que aportan para resolver, innovar, cambiar y, fundamentalmente, para que tengan interés en ponerlos al servicio de la organización. 

Las órdenes solo desarrollan obediencia, las competencias requeridas para generar talento en las personas siguen otro camino.

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