En un discurso contundente y marcado por un tono crítico, el presidente de la República Argentina, Javier Milei, inauguró el año legislativo 2024 este viernes primero de marzo. Ante una audiencia reunida conforme a lo establecido en la Constitución Nacional, Milei comunicó el estado de la nación, destacando los desafíos económicos que enfrenta el país.
"Nos reunimos aquí para comunicar el estado de nuestra nación a todo el pueblo argentino", expresó Milei, subrayando el difícil momento económico que atraviesa Argentina, describiéndolo como "posiblemente el más crítico de su historia".
Javier hizo hincapié en la herencia económica recibida por su gobierno, caracterizándola como una "orgía de gasto público" y "emisión descontrolada". Se refirió a la situación fiscal, destacando que los déficits gemelos alcanzaron niveles alarmantes, con una deuda descomunal que puso al país al borde del default. Además, señaló la distorsión en los precios de energía y transporte, así como la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo.
"Los últimos 20 años fueron un desastre, una orgía de gasto público descontrolado. Muchos de los datos económicos de la herencia son públicos: 5 puntos del producto de déficit fiscal en el tesoro, 15 puntos acumulados, reservas netas negativas por 11.200 millones de dólares, precios reprimidos en energía, el dólar con una brecha de 200%. Un emisión desenfrenada”, enumeró.
“A su vez, durante la primera semana de diciembre la inflación minorista corría el 7 mil% anual. Esto implicaba una inflación anual del 15 mil%. Entiendo que algunos políticos suman con dificultad salvo que se trate de la propia. No la ven y no la verán”, apuntó contra la oposición.
Milei resaltó la situación de pobreza en el país, con cerca del 60% de los argentinos viviendo por debajo de la línea de pobreza, lo cual calificó como "un dato desgarrador".
El mandatario atribuyó gran parte de la crisis a políticas populistas que, según él, han atentado contra la acumulación de capital y la productividad laboral. Criticó duramente el modelo de "Estado presente", acusándolo de haber llevado al país de ser "el más rico del mundo" a uno donde la mayoría de los argentinos son pobres.
Sin embargo, "el desastre no termina ahí", dijo: "En la medida que auditamos la administración pública vamos conociendo en mayor profundidad el tamaño de la crisis. Tal vez el indicador más cruento lo conocimos recientemente. La pobreza. La tan mentada frase de combatiendo el capital reduce los salarios reales. El salario real es de 300 dólares, cuando en la década del 90 llegó a 1800 dólares. El populismo nos quitó el 90% de los ingresos. Mientras, la mayoría de los políticos, como muchos de ustedes, son ricos”.
“Buena parte de la asistencia sirve como botín de guerra de agrupaciones de izquierda. Una sociedad con un mercado laboral donde el sector privado formal se encuentra congelado. Hace 12 años no crea un trabajo nuevo, mientras el empleo público y el trabajo informal es lo único que crece”, agregó.
Milei reconoció que “los jubilados, víctimas de esta herencia, continúan atado a una fórmula que perjudica sus ingresos. El uso recurrente de bonos compensatorios demuestra lo mal diseñada que está la fórmula, que hay que cambiar para que los jubilados no sean víctimas de los desaguisados de la política”.
En cuanto a la seguridad, el presidente describió una situación caótica, con ciudades enteras dominadas por el narcotráfico y las calles sumidas en el desorden, consecuencia, según él, de las políticas de los gobiernos anteriores y el accionar de organizaciones de izquierda que buscan extorsionar constantemente a las autoridades.
En el ámbito educativo, lamentó una crisis profunda que afecta la calidad educativa del país, con cifras alarmantes de alumnos que "no comprenden lo que leen ni pueden resolver problemas básicos de matemáticas". Criticó la creación indiscriminada de universidades como un negocio político y la proliferación de currículas educativas de izquierda en los profesorados, en un contexto donde se necesita promover el capitalismo y la libertad.
