En un inusual giro, la relación entre el Banco Central y la dinamita de Alfred Nobel se entrelazó cuando un político amenazó con dinamitar la institución. Aunque no llegó a concretarse, el presidente del Banco Central, Miguel Angel Pesce, y el ministro de economía, Sergio Massa, llevaron a cabo medidas que podrían equipararse a una dinamitación simbólica.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) fue creado en 1881, el mismo año que la ciudad de Rafaela. Su propósito inicial era promover la estabilidad monetaria, financiera, el empleo y el desarrollo económico. Sin embargo, con una inflación del 140%, empleo estancado y un PBI que no crece en una década, se cuestiona su eficacia.
La opción de cerrar el BCRA se vuelve relevante, especialmente al considerar que las reservas del país, representadas en las del BCRA, se estiman como mínimas o incluso negativas, maquilladas por la contabilidad de Títulos Públicos a su valor nominal en lugar de su valor de mercado.
La propuesta de un Banco Central independiente, común en el mundo desarrollado, se presenta como una solución. Esto implicaría un ente autónomo, libre de la influencia política, capaz de controlar el gasto y ajustarlo a los recursos disponibles. Además, podría analizar fenómenos económicos y colaborar con el Ministerio de Economía sin estar sujeto a la dirección política del momento.
En la práctica, el BCRA se encuentra "explotado", sin reservas y es un factor clave en la crisis de las Leliq. Estos instrumentos financieros, utilizados para regular la cantidad de dinero en circulación, se han acumulado a cifras alarmantes de veinte mil millones de dólares. Este exceso, generado por la emisión desmedida del poder ejecutivo, plantea un desafío monumental para la nueva administración que asuma en diciembre.
La propuesta de cerrar el BCRA, inicialmente vista como exagerada, adquiere relevancia dada la difícil situación financiera del país. La amenaza de dinamitar la institución, aunque simbólica, podría tener beneficios económicos para el pueblo argentino, según la visión de algunos observadores.