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Locales OPINION

Seguridad: ¿Cómo llegamos a esto?

Como diría un crupier en una mesa de ruleta a los apostadores, “no va más”.

La sucesión de episodios violentos vinculados a conflictos interpersonales y a delitos comunes, han puesto a Rafaela en un situación extremadamente compleja en la que deberán hacer énfasis aquellos a los que les compete tomar las decisiones que conduzcan por lo menos a tratar de brindar la seguridad que permita a los rafaelinos recuperar al menos en parte la calma que ya no se visualiza como algo cotidiano.

En estas decisiones seguramente la provincia tendrá que poner más énfasis en Rafaela, ya que tras ocho años de gestión socialista no solo no ha podido resolverse el tema de seguridad, sino que más aún, la inseguridad ha ido in crescendo transformándose sin dudas en el problema que más afecta a los ciudadanos. Lifschitz tendrá que resolver, podría decirse con urgencia, aquello que sus antecesores debieran haber resuelto de una manera más operativa y eficiente y sin tanta premura.

 

En la noche del viernes las denuncias por heridos de armas de fuego, los robos, entre otros ilícitos que sucedieron han dejado al descubierto la falta de personal que tiene la URV, que cuentacon la misma cantidad de agentes policiales que hace 20 años, y con un crecimiento exponencial de la población y que lejos están de los estándares propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que señalan que tiene que haber en calle las 24 horas 289 policías cada 100 mil habitantes o los de la Comunidad Europea en la se habla de 319 efectivos de seguridad por la misma cantidad. 

 

Si bien se habló en varios momentos de la incorporación de nuevos efectivos evidentemente y en simultáneo deben haber ocurrido bajas por distintos motivos (jubilación, enfermedad, traslados) que mantienen el mismo número de uniformados desde hace varios años, la mayoría de los cuales no son oriundos de nuestra ciudad, sino que más del 80% de ellos viene de otras localidades a trabajar a Rafaela. La falta de personal implica, además, que no pueda trabajarse en prevención, sino solamente en acción en los momentos en que se registran los hechos.Algunos datos más finos señalan que cotidianamente hay solamente 10 móviles y unos 30 policías cubriendo la ciudad.

 

Es urgente que este número se modifique y que el gobierno de Lifschitz sume rápidamente policíasa nuestra ciudad como ya lo viene haciendo a otras localidades, como Rosario, Santa Fe, Villa Constitución, etc, donde la inseguridad ya hace tiempo que ha sido visualizada como el mayor problema a resolver. Por otra parte serán importantes las gestiones para que Nación retorne a los gendarmes que han sido retirados y en esto los Concejales del PRO, tendrán que jugar un rol importante y acompañar al Intendente en el reclamo de la pronta restitución de la fuerza Federal, despojándose de toda picardía política y pensandoen el bien de la comunidad.

Debemos reconocer en este punto el compromiso con el que muchos efectivos policiales cumplen su función en el momento de intervenir ante los ilícitos, pero repetimos que esto no alcanza y que el trabajo de prevención que no se realiza por la falta de personal, deja un hueco que aprovechan aquellos que tienen en el delito su forma de vida.

1. Hasta allí lo que refiere a la seguridad a través del organismo encargado de esto, pero no es menos importante y es fundamental señalarlo que en Rafaela hay una fuerte ruptura del entramado social, que agudiza diferencias y genera enorme dificultades a la hora de establecer vínculos y resolver conflictos y en esto, el llamado de atención es para los sectores políticos y sociales encargados de tomar decisiones que generen respuestas reales a los problemas. El trabajo en territorio en los sectores de alta vulnerabilidad es fundamental para recuperar dicho entramado y así como respetamos los posicionamientos políticos partidarios de todos los actores, léase, locales, provinciales y nacionales, lo cierto es que vivimos un momento donde la única bandera deberá ser recuperar el bienestar común y para ello deberemos sentarnos despojados de partidismos a trabajar por recuperar aquel concepto de sociedad como conjunto de personas que se relacionan entre sí, compartiendo reglas de organización en un espacio y en un tiempo determinados. Mientras esto no ocurra, ninguna fuerza de seguridad, por numerosa que sea, podrá accionar de manera adecuada.

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