El eje que conforman las avenidas Ernesto Salva y Brasil tiene una particularidad: entre ambas, son las únicas arterias rafaelinas que atraviesan la ciudad de Oeste a Este sin interrupciones, desde la Variante Rafaela hasta la calle Tettamanti, en el Paseo del Este. Además, es uno de los ejes viales con mayor accidentodología. 

Ambas arterias comenzaron a ser pavimentadas desde mediados de los años '60, por etapas -por ejemplo, el pavimento de avenida Brasil entre Lehmann y Tucumán se inauguró en 1966-, y en el tramo entre la RN 34 y Jorge Newbery no hay una sola esquina en donde alguna vez no se haya registrado un accidente fatal, con el agravante que en algunos cruces los choques con víctimas fatales fueron más de uno. Hasta mediadoso de los años '90. Salva y Brasil fueron parte de la traza del tránsito pesado y también fueron de las primeras en tener semáforos. El primer semáforo del eje se colocó en la intersección con calle Tucumán y es de los más antiguos de Rafaela: se instaló a mediados de los años '70.

Una intervención necesaria

​Desde el traslado de la Terminal a su actual emplazamiento, las dos avenidas forman parte de la ruta de los micros que salen hacia el Este de la ciudad o ingresan desde allí. Pese a que sólo se puede estacionar sobre el cordón Norte, las dos avenidas son estrechas y tienen una gran cantidad de giros a la izquierda no señalizados.

Hay cruces, además, que son especialmente peligrosos. Las intersecciones con Arenales-Chiaraviglio y el cruce con 3 de Febrero son escenario de frecuentes accidentes, a veces hasta dos veces en un mismo día. Lo mismo pasa en la esquina con Pueyrredón. 

Ingresar a la avenida Brasil desde Roque Sáenz Peña puede convertirse en una aventura de final incierto. Una simple medida que nunca se tomó le hubiera agregado seguridad a ese sector: prolongar el cantero central de Sáenz Peña -cuando se diseñó funcionaba allí una balanza para camiones, por lo que el cantero se hizo corto para permitir la maniobrabilidad de los vehículos de mayor porte en el ingreso a la balanza-, de modo que los vehículos se ordenen en el ingreso a la avenida, de por sí complicado porque es oblicuo al trazado de Brasil. 

El giro a la izquierda de España y el de Joaquín V González son otros lugares extremandamente peligrosos, con gran volumen de tránsito.

Todos estos problemas hicieron que el Ejecutivo resolviera incluir en el próximo presupuesto un plan de intervención indispensable para mejorar la seguridad. Habrá varios semáforos más con sincronización y temporizadores visibles, se prohibirán algunos giros a la izquierda y se delimitará la división de carriles según el sentido de circulación. 

La idea es que Salva y Brasil cuenten muy pronto, además, con iluminación led. Todo el plan de trabajo está siendo elaborado por los técnicos del municipio, que luego de la evaluación sobre lo realizado en avenida Santa Fe centrarán su atención en el eje Salva-Brasil, uno de los sectores más postergados y a la vez más peligrosos en materia de seguridad vial.