La parroquia San Cayetano en Rafaela, ubicada en Azcuénaga 1351, Barrio Amancay, se alista para celebrar su semana más especial del año, con motivo de las festividades en honor al Santo Patrono de la Paz, el Pan y el Trabajo. La novena ya ha comenzado, y la jornada central del 7 de agosto promete ser un evento lleno de fervor religioso y actividades comunitarias.
En el día de la festividad, se llevará a cabo un intenso cronograma de misas y actividades religiosas. Desde las 7:00 hasta las 20:00 horas, la comunidad podrá participar en diversas misas presididas por el Padre Alexis Cardo, Néstor Valladares, Fernando Sepertino, Antonio Navarro, y el Padre Eduardo Tomassini. A las 17:00 horas se realizará una procesión seguida de la homilía central, oficiada por el Obispo Diocesano, Monseñor Pedro Torres.
El lema de este año, "Junto a San Cayetano, oremos para renovar la escucha, la alegría y la esperanza", refleja un profundo llamado a fortalecer la espiritualidad y la cohesión comunitaria en tiempos de incertidumbre. En sintonía con el año de la oración declarado por el Papa y el próximo Jubileo, este lema invita a los fieles a encontrar en San Cayetano una fuente de inspiración para enfrentar las dificultades con fe y optimismo.
Durante la jornada, la parroquia también organizará diversas actividades para recaudar fondos. Habrá ventas de pollos, una feria de ropa organizada por Cáritas Parroquial, y venta de artículos de santería, pastelitos, choripanes, pan casero, tortas fritas y pochoclos.
En diálogo con Rafaela Noticias/Bien despiertos, hace unas semanas atrás, el Padre Eduardo Tomassini, quien celebrará su primera fiesta patronal en San Cayetano, destacó el impacto de la devoción en la comunidad. "Es conmovedor ver cómo la gente se prepara con tanto fervor. En estos tiempos difíciles, San Cayetano nos inspira a mantener la esperanza y la unidad", comentóel sacerdote.
La vida de San Cayetano
San Cayetano, conocido en italiano como Gaetano, nació en Vicenza en 1480, perteneciendo a la noble familia de los condes de Thiene. Fue el último de los tres hijos del conde Gásparo di Thiene, un militar que falleció en 1492, y de la condesa María Da Porto. A los dos años, quedó huérfano de padre. En 1504, obtuvo el doble doctorado en derecho civil y canónico por la Universidad de Thiene. En 1506, con 25 años, fue nombrado protonotario apostólico en la corte del papa Julio II en Roma gracias a las relaciones familiares.
A pesar de su elevado cargo, San Cayetano llevaba una vida de humildad y servicio. Según uno de sus secretarios, “A pesar del puesto; Cayetano no se da ninguna importancia. Viste con sencillez, atiende a todo el mundo aunque sea fuera del horario de oficina. Siempre activo donde lo necesitan. Trata a todos igual, ya sean ricos o pobres”. Esta actitud servicial prefiguraba el impacto que tendría en la Iglesia y en la sociedad.
En 1513, se retiró de la vida cortesana y, en 1515, fundó el Oratorio del Amor Divino, una sociedad de sacerdotes y prelados. Fue ordenado sacerdote en 1517. Durante su primera Navidad como sacerdote, tuvo una visión en la que la Virgen María le entregó el Niño Jesús, confirmando su dignidad para consagrar el Cuerpo de Cristo, lo que se representa en las imágenes con San Cayetano sosteniendo al Niño Dios en brazos.
El contexto histórico de San Cayetano incluye la crisis provocada por Lutero y el surgimiento de la Reforma Protestante. En respuesta a la decadencia de la Iglesia, surgieron movimientos de reforma interna que llevaron a la creación de nuevas órdenes religiosas. San Cayetano, junto con Gian Pietro Carafa (más tarde el Papa Pablo IV), fundó la Orden de los Clérigos Regulares o Teatinos en 1524. Esta orden se caracterizaba por su vida de pobreza y dependencia de la Providencia para realizar su labor, enfocada en la reforma del clero y el servicio a los pobres.
San Cayetano fue instrumental en la creación de varias instituciones benéficas, incluyendo el “Ospedale degli Incurabili” en Venecia, un hospital para enfermos incurables, y el “Monte de Piedad” en Nápoles, precursor de la actual Banca di Napoli. Su vida estuvo marcada por la ayuda a los desposeídos, la promoción de la comunión frecuente y la devoción a la Virgen María.
Falleció el 7 de agosto de 1547, y su muerte coincidió con un período de pacificación en Nápoles, interpretada como una respuesta a sus súplicas. Fue canonizado el 12 de abril de 1671 por el Papa Clemente X, junto con otros santos destacados como Rosa de Lima y Luis Beltrán. Sus restos reposan en la cripta de la Basílica de San Pablo Maggiore en Nápoles, con una inscripción que reza: “Aquí descansa el que ora insistentemente por su pueblo”.
San Cayetano en América y Argentina
La devoción a San Cayetano llegó a América a través de Santa María Antonia de la Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, quien construyó una capilla dedicada al santo en Liniers, Buenos Aires, en 1795. Esta capilla fue el inicio de la veneración del santo en Argentina. La imagen más antigua de San Cayetano en el país se encuentra en el retablo de la Capilla del Divino Salvador de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, mostrando al santo con el Niño Dios en brazos.
La devoción a San Cayetano en Argentina también se asocia con el lema “Pan, Paz y Trabajo”, que surgió en respuesta a la crisis económica mundial de 1929. El padre Domingo Falgioni, durante su gestión en el templo, promovió esta devoción en un contexto de pobreza e inflación, imprimiendo la estampa del santo con espigas de trigo. Este símbolo de la espiga de trigo, único en Argentina, refleja la preocupación del santo por el sustento diario y la dignidad del trabajo.
Durante la dictadura militar en Argentina, la figura de San Cayetano se convirtió en un símbolo de resistencia y esperanza, organizándose una gran manifestación política-religiosa bajo el lema “Pan, Paz y Trabajo”. La devoción al santo continuó creciendo y, en 1984, durante el aniversario de su muerte, se realizó una significativa celebración que incluyó la primera salida del santo de su iglesia, destacando su relevancia en tiempos de crisis.
La Relación con Nápoles
En Nápoles, la devoción a San Cayetano ha sido reconocida, y su figura se ha asociado con los argentinos, quienes lo consideran un santo protector en su país. La devoción a San Genaro predomina en Nápoles, pero San Cayetano ha ganado un lugar especial en la conciencia de la comunidad argentina, reflejando la profunda conexión espiritual entre los dos lugares.
San Cayetano sigue siendo un símbolo de fe y esperanza tanto en Italia como en Argentina, donde su legado continúa inspirando a muchos. Su vida de humildad, dedicación y servicio ha dejado una huella duradera en la historia de la Iglesia y en la vida de los fieles alrededor del mundo.