El nuevo plan de pavimentación de calles de la ciudad de Rafaela incluirá a unas 140 cuadras ubicadas en una zona de entre 19 y 21 barrios de la ciudad. Se hará con una previsión de ejecución en el término de 48 meses y el costo deberá ser afrontado por los frentistas, como ocurre con todas las obras de pavimentación, por el sistema de contribución por mejoras.
El tema fue abordado por el intendente Luis Castellano en el discurso de apertura de sesiones del Concejo Municipal y despertó polémica. En ese momento, Castellano no dio precisiones sobre la cantidad de cuadras, formas de financiamiento ni barrios que alcanzaría la propuesta, aunque se comprometió a elevar una ordenanza en el curso de “pocas semanas”. Castellano sólo anticipó que con las nuevas cuadras a pavimentar se llegaría a un 83% del total de la ciudad.
El concejal Leonardo Viotti cuestionó luego esa referencia con datos erróneos. Le endilgó a Castellano haber dicho en 2018, cuando se puso en marcha el plan de 130 cuadras que se terminó de ejecutar hace pocas semanas, que con esas cuadras se iba a completar “el 100% de las calles de la ciudad”. Castellano nunca pudo haber dicho eso porque bastaba ver los planos de la intervención prevista en cada barrio para advertir que había numerosas calles que iban a quedar con calzada natural. De hecho, el propio Viotti presentó luego proyectos para que agregaran algunas calles de al menos dos barrios que habían quedado fuera de aquél plan.
Plazos y financiación
Ahora, el jefe de Gabinete, Marcelo Lombardo, en una visita que realizó al programa BIEN DESPIERTOS, confirmó los datos principales: el proyecto que se elevará al Concejo está “punteándose” en sus datos finales, con consultas a vecinales e instituciones, e incluirá en principio a 21 barrios de la ciudad, aunque luego Lombardo aclaró que esa es la expectativa de máxima. Y que el total de cuadras será de unas 140 aproximadamente.
El sistema a utilizar es el mismo del plan anterior: todos los frentistas que vayan a ser beneficiados por la obra quedarán incluidos en un padrón único y el registro de oposición se abrirá para ese padrón completo. El avance de la obra, a ejecutar en 48 meses, será definido en un orden a establecer por sorteo, barrio por barrio. Todos los frentistas comenzarán a pagar desde el mes 1 al mismo tiempo, independientemente del orden de construcción de la obra. Así, habrá frentistas que tendrán la obra apenas inicien su pago y otros pagarán 30 o 40 meses sin ver ninguna máquina enfrente de su casa.
Este sistema de financiación tiene sus bemoles. Los concejales vienen reclamando información sobre los porcentajes de cumplimiento de los frentistas a la contribución por mejoras del pavimento, la obra más cara de todas. Es una información que el Ejecutivo guarda como un secreto de Estado, cuando es muy fácil hacer una liquidación mensual de lo que se recauda respecto a lo que se pone al cobro.
El último dato que manejan los concejales es que el recupero fue menos de la mitad de lo que se puso al cobro. Hay una presunción de que el ritmo que se le imprimió a los trabajos luego de la pandemia fue principalmente por la llegada de algunos aportes de la Provincia. Por eso no sería extraño que aparezcan algunas objeciones en el Concejo a la hora de votar la ordenanza, sobre todo porque deben definirse los mecanismos de actualización, un dato no menor considerando la inflación galopante y la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados, que conforman el grueso del padrón de beneficiarios a los que apunta la obra.