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Locales

Las obras valen millones, pero una vida no tiene precio

La repavimentación de la Ruta 70 y reconversión del acceso a Susana en la Ruta 34 son obras significativas para la región, pero mientras se ejecutan no deben poner en riesgo a quienes las transitan. Algo que está ocurriendo en estos momentos. Urge tomar medidas. 

Por Julio Armando. Sin dudas que dos importantes obras para la región se están llevando a cabo en estos momentos: la conversión en autopista de la Ruta 34 y la repavimentación de la Ruta 70 entre Presidente Roca y Rafaela. La trascendencia de este tipo de infraestructura está fuera de discusión, pero ambas están generando muchas dificultades y poniendo en peligro a cientos de personas que pasan por los lugares donde se está trabajando. Por lo que se hace necesario tomar medidas urgentes para que más allá de las dificultades propias que generan los trabajos, se minimicen los riesgos y no todo lo contrario como sucede en la actualidad. 

 

La Ruta 70 intransitable

"La Ruta 70 está prácticamente intransitable y quiero dar a conocer el malestar que tenemos todos los que diariamente la usamos", comentó una docente que viaja de Rafaela a Roca todos los días para dar clases.  Y agregó: "Rompemos todos los autos, que con tanto sacrificio logramos tenerlos", preguntándose "¿quién nos paga el arreglo cuando se nos rompen? Porque ni colectivo (por la mañana) tenemos para llegar a los pueblos que están sobre esta ruta". 

"Entendemos lo que implica una obra, pero aquí es llamativa la desorganización, el excesivo tiempo que hace que trabajan sin que se observen resultados. Sólo vemos que siguen rompiendo lo  existente y que cada vez es mayor el tramo que hay que recorrer en muy malas condiciones. Ya hubo camiones cruzados", finalizó.

Acceso a Susana por la Ruta 34, un peligro

 

Quienes transitan por la Ruta 34, que también se encuentra en plena obra, habrán advertido lo peligroso que es el ingreso a la localidad de Susana, donde ya se registraron accidentes. La señalización es precaria, la iluminación escasa y la nueva calzada de la autovía que se habilitó como desvío no está demarcada. Es decir que los conductores van a tientas (un día de neblina como el de este viernes) sin saber si circulan por el medio de la ruta o por el borde. Las banquinas en parte están descalzadas y con unas especies de estacas que impiden que ante cualquier emergencia un conductor pueda bajarse de la ruta. 

Los lugareños admiten que si alguien nunca hizo el "rulo" vial para entrar a Susana, se hace difícil transitarlo, y ni hablar si es de noche donde hay automovilistas que lo pasan de largo. La opción que muchos utilizan para entrar a Susana es en realidad la salida del pueblo hacia el norte generándose un encontronazo de vehículos. 

 

Tanto en la Ruta 70 como en la Ruta 34, no se ven fuerzas de seguridad o agentes de tránsito que ejerzan una actividad de prevención, ni tampoco personal de las empresas que tienen las concesiones de las rutas, dado que en ambas se cobra peaje. Sin desligar, por supuesto, la responsabilidad que les compete a las propias firmas constructoras. 

 

Urge en este sentido tomar medidas para que no se desvirtúe el valor realmente que tienen estas obras, que es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y salvar vidas, y no ponerlas en peligro mientras se ejecutan. Porque una obra vale millones, pero una vida en peligro no tiene precio. 

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