La inseguridad es un tema amplio y complejo. Así la hemos denominado el común de los ciudadanos a los problemas cotidianos en los que se producen, generalmente, delitos contra la propiedad y las personas, por resumirlo de alguna manera. Estos hechos delictivos, sean de las características que sean, arrebatos, robos a mano armada en comercios, sustracción de bienes propios, etc., generalmente, son cometidos por menores o adolescentes.
En el medio está la droga o tiene relación con estas situaciones, siendo que este no es un problema más sino que le agrega un condimento especial, las adicciones.
Se observan un montón de organismos públicos y privados, fuerzas policiales, aporte de recursos, instituciones judiciales y de la comunidad en general, tratando de resolver este vericueto.
A veces no se tiene a ciencia cierta si se está avanzando o se está retrocediendo, si ha subido o ha bajado el delito, si se siente mayor o menor temor frente a los hechos que ocurren cotidianamente (este aspecto pareciera estar siempre en crecimiento), si uno transita las calles con miedo o si no está del todo seguro y tranquilo de haber dejado la casa sin habitantes.
En estos tiempos de campaña aparecen propuestas, se toma al tema como el principal a resolver, discursos enérgicos, etc., pero ¿Cuál es el camino? ¿Hacia dónde se va y hacia dónde vamos para sentirnos lo más seguro posible y protegidos por el estado?