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Locales

Hace 108 años Rafaela era declarada ciudad

Desde el 26 de enero de 1913, Rafaela dejaba de ser un pueblo y pasaba a convertirse en ciudad. Sin anuncios oficiales conmemorativos, Rafaela Noticias hace un repaso de su historia. 

Un 26 de enero, pero de 1913, a través de un decreto del entonces gobernador de la provincia, Manuel Menchaca, Rafaela fue declarada ciudad al registrar una población de 8.242 habitantes. 

 

Desde la fundación en 1881, de la Colonia Rafaela, a la Declaración de ciudad, pasaron cerca de 32 años. Hoy, a 108 años de que Manuel Giménez fuese elegido como primer intendente y que se conformara el primer Concejo Deliberante integrado por Nicolás Gutiérrez, Emilio Galassi, Carlos Mognaschi, Eduardo Chiarella y Antonio Cossettini; han pasado muchas cosas.  

 

Reseña histórica *

 

Rafaela se formó en 1881, con once familias que fueron comprando tierras de terratenientes porteños cuya venta habían encargado a Lehmann, un empresario colonizador, de gran renombre en aquellos tiempos. De ese año data el primer boleto de compra-venta de la Empresa Colonizadora de Guillermo Lehmann. 

Las tierras en que se asentó Rafaela pertenecían a los señores Saguier, Quintana y Egusquiza, luego al mismo Lehmann.

 

Respecto del nombre de la ciudad, los autores no se ponen de acuerdo sobre el origen del mismo. Las teorías que con más fuerza se sostienen refieren que los nombres de las colonias procedían de:

 

1- apellido de los dueños de las tierras (Egusquiza, Roca).

2- nombres asociados con la patria de origen de los nuevos habitantes ( Humberto 1°, Cavour)

3-el nombre de las esposas de los propietarios de las tierras ( como por ejemplo Rafaela Rodríguez de Egusquiza)

Hay otras versiones que consideran que el nombre de Rafaela se colocó en honor a un sacerdote franciscano, Rafael Pezzini, quien actuó como misionero. Este religioso italiano estuvo viviendo en el Convento San Carlos de San Lorenzo entre 1867 y 1873, con lo cual la colonia Rafaela posiblemente ya tenía ese nombre designado por los lugareños, aún antes de la llegada de Lehmann.

 

En un espacio considerado hasta entonces prácticamente vacío se fue configurando poco a poco un modelo de ocupación sobre la base de la tenencia de la tierra. El Inspector de colonias Bouchard había encontrado en 1882, en Rafaela, solamente 63 personas que habitaban en 15 precarias viviendas. Dos años más tarde, según los datos que aporta Carrasco, la población sumaba 512 habitantes, había 150 viviendas, entre las cuales 9 eran de azotea y un edificio de dos pisos, así como 13 comercios y un molino harinero.

 

Al promediar la década siguiente Rafaela se terminó de consolidar a nivel regional, incluso se posicionó como uno de los centros urbanos más importantes de la provincia: el 19° ocupaba en 1887 y el 6° en 1895. Su atracción como centro dinámico y activo mercado de trabajo quedó evidenciado cuando, en 1892, de los 9.609 inmigrantes que ingresaron a la provincia, 570 se dirigieron a Rafaela. Según el censo de 1895, Rafaela ya contaba con 2.228 habitantes, lo que llamaba la atención de los viajeros de la época.

 

El espectacular crecimiento demográfico, económico y edilicio registrado se debió primordialmente a su transformación, entre 1885 y 1890 en un nudo de encrucijada ferroviaria, al ser atravesada por cuatro líneas férreas. Pronto se desplegó un abanico de actividades económicas diversas: empresas de colonización, bancos, periódicos, imprentas, oficinas gubernamentales, servicios de salud, escribanías, representación consular.

 

El trabajo agrícola fue el cimiento del crecimiento inicial, teniendo como ámbito exclusivo la unidad productiva denominada chacra y como protagonistas al colono y a su familia.

 

Al iniciarse el siglo XX, los productores campesinos comenzaron a variar de la producción de cereales, debido a la inseguridad de las cosechas y los precios en el mercado internacional. Así, aparecieron las industrias artesanales (fábricas de carruajes, talabarterías, cervecería) y la cría de ganado vacuno y porcino.

 

Luego, durante los años de la Primera Guerra Mundial (1914-18), el tambo adquiere gran difusión en la zona, merced a la paralización de las explotaciones de granos y a la instalación de los primeros establecimientos lácteos y cremerías, aunque la consolidación definitiva de estas actividades llegará sólo en 1924-25. En forma paralela, aumentan los planteles ganaderos y surge la primera industria de chacinados (Lario), que con el tiempo será factor de intenso desarrollo para la ciudad.

También, la participación muy activa de los comerciantes en la vida comunitaria desde el origen mismo de Rafaela será una causa determinante de su progreso sostenido y pujante. Eso lo demuestra la Guía Argentina de 1898, que da cuenta de un importante número de tiendas, negocios de comestibles, ferreterías, fondas y despachos de bebidas, herrerías, acopiadores, talabarterías, mecánicos, albañiles, fábricas de carros, ladrillos, licorería, cremería, confiterías, curtiembres, librerías, establecimientos dedicados a la fabricación en menor escala de chacinados, cigarrillos y una agencia de pasajes.

Con el correr de los años, Rafaela se ha convertido, por su ubicación estratégica y la radicación de empresas metalmecánicas y agroindustriales, de la tercera ciudad en importancia de la provincia de Santa Fe. 

 

Pero no solo lo industrial tiene relevancia, sino que, con el correr de los años, la “Perla del Oeste” se fue transformando en un polo educativo para una importante región. 

 

Todo eso sumado a un sostenido desarrollo del comercio, el deporte y las expresiones artísticas, entre otras, que consolidaron a Rafaela como una ciudad de referencia en el país.

 

Si tomamos datos del instituto Provincial de Estadísticas y Censos, Rafaela cuenta, al 2019, con 107.004 habitantes. De los cuales 44,1 % son menores de 30 años. 

 

La Población Económicamente Activa representa al 48,3 % de los habitantes. Esto incluye a las personas que tienen al menos una ocupación o que, sin tenerla, la están buscando activamente. 

 

Uno de los datos más destacados en éste punto, tiene que ver con la cantidad de ocupados plenos, que representan un 78,4%, mientras que los desocupados, al 2019 alcanzaba al 9% de la población. 

 

El trabajo en Rafaela se reparte entre las industrias, la construcción, comercio, agroindustria y servicios. Siendo éste último quien se lleva la mayor cantidad de ocupados con un 50.4, seguido por la industria, que ocupa al 20.4 % y el comercio con el 20%. En tanto, la Construcción representa el 6.6 de los trabajadores y el agro con 1.6%. 

 

La ciudad cuenta con 294 instituciones, entre asociaciones civiles culturales, de ayuda, vecinales, religiosas, fundaciones, cooperativas, mutuales, clubes deportivos, etc. Funcionan en Rafaela 93 establecimientos educativos: 34 iniciales, 31 primarios, 15 secundarios, dos superiores, cinco universitarios y seis especiales. En total, unos 30 mil estudiantes en todos los niveles educativos. Alrededor de 500 industrias conforman actualmente la base productiva de la ciudad. El número se incrementó un 32% en los últimos diez años. 46 empresas exportan a unos 90 destinos en todo el mundo. 

 

*Extraído del trabajo "Rafaela, un milagro de la pampa gringa" Elaborado por Claudia Casabella y Ma. Eugenia Zaragozi

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