Si volvemos a los principios básicos del entrenamiento, vamos a encontrarnos con varios puntos que se relacionan a esta crítica. En primer lugar, el principio de individualización, en él notamos la necesidad de una adaptación por parte de los estímulos y todos sus componentes a las capacidades, necesidades y objetivos de cada uno de los entrenados, generando que dicho estímulo se convierta en eficiente, rompiendo con el equilibrio sistémico que existía hasta el momento del estrés del entrenamiento, pero al mismo tiempo dando lugar a que las estructuras se recuperen para el próximo.

También podemos gestionar la intensidad de las cargas, teniendo en cuenta el principio básico del aumento progresivo de ella. Se propone realizar un aumento paulatino de la exigencia dentro de los parámetros de una sesión de entrenamiento. Por lo tanto, si vamos al ejemplo de una persona que quiere iniciar su entrenamiento en un gimnasio o establecimiento dedicado a esto, no podemos exigir que en sus primeros estímulos desplace cargas tan altas o que alguno de los componentes eleve su intensidad sin ninguna razón. Lo único que vamos a lograr es romper más estructuras de las necesarias, generar dolores insoportables en un entrenado sin experiencia previa que podría llegar a ser razón de abandono o, en el peor de los casos, en una lesión.

Queda recalcar la importancia de tener en cuenta, por un lado; una entrevista inicial obligatoria con cada ingresante al establecimiento en la cual deje en claro capacidades, necesidades y objetivos, donde se hable sobre historia de lesiones, enfermedades, molestias corporales actuales y muchos otros parámetros importantes dependiendo del tipo de actividad. Por otro lado, la información que decanta de cada uno de los entrenamientos, sensaciones del entrenado al realizar cada ejercicio, la forma en la que el mismo termina las sesiones y como se recupera hasta el momento de inicio del siguiente estímulo.

Notas a tener en cuenta:

controla del todo la conciencia corporal derivaríamos – Este tipo de aclaraciones pueden ser bruscas para alguien que le interpele el tema, en su lugar pondría: “una persona que recién comienza sus entrenamientos” o bien no lo escribiría. Esto sirve para no marcar una diferencia sustancial entre el que escribe y el lector, da cercanía.

persona promedio – Pondría “persona que quiere iniciar su entrenamiento”, la calificación promedio puede ser ofensiva para algunos lectores y la idea es buscar que se sienta identificado/a con el artículo, lo que se recomienda es no poner adjetivos calificativos como el del ejemplo.