Este niércoles por la mañana, se realizó una audiencia en el Ministerio de Trabajo, en el marco del conflicto que la empresa Topline, especialista en producción de tapas de cilindros, mantiene con sus empleados por falta de pago debido a la mala situación que atraviesa la empresa.
Roberto Oesquer, titular de la UOM Rafaela, comentó que había quedado pendiente una audiencia en el Ministerio por un cuarto intermedio que había pedido Topline la semana pasada. En el medio de esta situación, tal como ya había comentado Oesquer, surgió un empresario interesado en comprar la empresa.
El propietario, el Sr. Néstor Alberto, ya planteó que no quiere y no puede más continuar al frente de la empresa, y que en estas circunstancias quisiera terminar de producir unas tapas de cilindros que tiene pendientes.
“La realidad es que para que otros se pongan al frente de la empresa, él tiene que correrse”, indicó Oesquer. “La situación ahora depende de que dé el ok para que la venta se concrete”.
Finalmente, lo que se acordó tras esta audiencia celebrada ayer, es que los empleados volverán a trabajar el próximo jueves 4 de enero para culminar la producción de estas tapas de cilindros, que aproximadamente en dos semanas estarán listas.
Como contraprestación, y abonando una parte mínima de la deuda que la empresa tiene con ellos, recibirán $200 mil pesos que se pagarán en dos partes (una ahora y otra al entregar la producción finalizada) para repartir entre los diecisiete empleados.
El pago de este monto terminará cubriendo aproximadamente una quincena de trabajo de cada uno de los empleados, mientras que se les deben tres quincenas y el aguinaldo.
Para analizar la propuesta, fue necesario convocar a un cuarto intermedio, durante el cual se convocó a una asamblea donde participaron los empleados, quienes aceptaron estas condiciones en la difícil coyuntura que están atravesando.
Según aclaro el titular de UOM Rafaela, lo que se busca con esto es que los puestos de trabajo se sostengan, mientras el Sr. Alberto termina de acordar con el empresario interesado en adquirirla. Y es precisamente este empresario quien comprará las tapas de cilindros que fabricarán los empleados de Topline, y abonará el mencionado monto por las mismas.
En este período continuará la negociación para que a partir del mes de febrero -si el Sr. Alberto da el visto bueno y termina quebrando- la otra persona se haría cargo con un alquiler hasta tanto el juez ponga una fecha para la compra, dentro ya de la quiebra.
Para Oesquer, la única alternativa que tiene hoy el propietario de Topline es que este inversor se haga cargo de la empresa, y con un alquiler comience a gerenciarla. “Queda todo supeditado a la negociación que el Sr. Alberto mantenga con el interesado”, precisó Oesquer.