La industria de la alimentación en Rafaela, compuesta en su mayoría por pequeñas y medianas empresas (pymes), atraviesa un período de inestabilidad laboral, marcado por desafíos vinculados a las importaciones y problemas económicos, según declaró Nicolás González, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación, en una entrevista con Rafaela Noticias.
"En Rafaela, las empresas de alimentación son todas pymes", explicó González. La mayor empresa del sector es una caramelera local, mientras que el resto son negocios de menor escala. "El rubro automotor y el metalúrgico son más grandes, pero en alimentación predominan las pymes", comentó. Además, el sindicato representa a las empresas bajo siete convenios colectivos, siendo el principal en la región el convenio 244, que abarca industrias como Marengo y Agofa, y engloba productos de consumo masivo como dulces, mayonesas y galletas.
Paritarias: acuerdos trimestrales y techo salarial
En cuanto a las negociaciones salariales, González destacó que este año se logró cerrar acuerdos trimestrales en un contexto inflacionario más moderado. "El año pasado terminamos con paritarias mensuales, cerrando aumentos del 20% en noviembre y diciembre. Este año, los acuerdos no superan el 10% trimestral, reflejando la baja en la inflación, pero también el techo impuesto por el gobierno", afirmó.
Sin embargo, lamentó las dificultades para mejorar los salarios. "Es muy poco probable que los sindicatos consigan mejoras significativas, ya que las cámaras empresariales y el gobierno limitan los incrementos. Los acuerdos apenas superan en unos puntos la inflación mensual, y el trabajador está disconforme", explicó.
Uno de los principales problemas que enfrenta la industria alimenticia local es el ingreso de productos importados, especialmente desde Brasil. "La golosina que viene del Brasil tiene menor calidad que la nuestra, pero es mucho más barata, lo que hace muy difícil competir", expresó. Esto, sumado al incremento en el costo de insumos —en algunos casos duplicado por la suba del dólar a fines del año pasado—, llevó a una reducción de rentabilidad en las pymes.
Además, González expresó preocupación por el futuro del sector: "El año que viene será crucial para definir el rumbo. Estamos muy preocupados por ciertas industrias locales de renombre que no tuvieron un buen año".
Estabilidad laboral con ajustes y reducciones
A pesar de los problemas, González destacó que las plantillas de trabajadores lograron mantenerse estables. "No hubo incorporaciones significativas, pero los despidos que se registraron no fueron por una baja en la producción", señaló. Sin embargo, mencionó que varias empresas debieron recurrir a medidas como la reducción de jornadas laborales y salarios mediante acuerdos previstos en la ley, como el artículo 223 bis.
El sector avícola fue uno de los más afectados este año debido a la gripe aviar, que generó importantes complicaciones en la industria nacional. "Empresas como Granjas Tres Arroyos y Cresta Roja cerraron sus puertas, dejando a cientos de trabajadores sin empleo", afirmó González.
El sindicato, según destacó González, logró mantener su economía estable y los beneficios para los trabajadores. "Nuestra obra social, aunque pequeña, no ha tenido problemas graves, pero reconocemos que las obras sociales sindicales a nivel nacional están en crisis debido a sus limitaciones económicas", dijo.
Finalmente, resaltó los logros gremiales, como la finalización del 50% de una obra en el camping de Presidente Roca, un proyecto votado en asamblea por los afiliados. "El año que viene esperamos terminar esta obra y seguir ofreciendo beneficios a nuestros trabajadores", concluyó.
