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Educación

Maestría en Negocios Internacionales en su tercer año, estás a tiempo de sumarte

Entrevista con el Coordinador del posgrado de UCES Rafaela, Lic. Javier Sandrone

¿Qué balance hacés de estos dos años de Maestría en Negocios Internacionales en Rafaela?

El balance es súper positivo. Traer una propuesta de posgrado tan particular como es Negocios Internacionales a la ciudad, donde no se tenía nada, no deja de ser siempre muy auspicioso. Había una vacancia de perfeccionamiento y poco a poco la estamos cubriendo en todos los niveles que uno podría estar pensando: en aquellos profesionales ya constituidos dentro de los negocios internacionales que necesitaban acreditarlos, profesionales Senior o Semi-Senior, y en la medida que siguen avanzando las cohortes empiezan a sumarse los Junior, jóvenes de 25 a 30 años con título universitario y con dos o tres años de experiencia, que necesitan acreditar mayor cantidad de conocimiento para seguir creciendo. Entonces, empezamos a cubrir aquellos Senior que ya estaban trabajando y querían afianzar y consolidar sus conocimientos y luego aparecieron los que están integrándose a esta vertiginosa carrera de formación y acreditación, que lo necesitan para seguir creciendo. Unos consolidan y otros lo necesitan para desarrollarse.

Muchos años atrás si no tenías el secundario no te alcanzaba para desarrollarte en el plano laboral, luego el título de la escuela media ya no alcanzó y la universidad fue la meta a alcanzar. En los tiempos que corren, el mundo parece pedir más especialización, más capacitación y los posgrados se convirtieron en esa distinción que buscan los profesionales… 

Un ejemplo muy sonso: el dicho más conocido dentro de la comunidad educativa de la Argentina y en nuestra zona es “M’ hijo el dotor”. Siempre era llegar y recibirse en la universidad. Hoy, si le preguntás a cualquier graduado de medicina cuándo puede decir “M’ hijo el dotor”, el estudiante te va a decir que estudió seis años de Medicina, cuatro años más de residencia, dos años más de especialización. Eso demuestra que el horizonte cada vez se va más lejos, en ese caso particular. Esto lo llevamos a formaciones más de la gestión, del management, como Comercio Exterior. Te recibís de Lic. en Comercio Exterior, de Contador, de Lic. en Relaciones Internacionales, o en lo que sea, y salís a la calle y ahí recién empezás, no es que cuando salís de la universidad por fin terminaste. Yo hablo con los maestrandos que tienen 25 ó 30 años, y les pregunto cómo se ven a los 40 ó 50 años, y responden que se ven como Director de una multinacional, al frente de sus empresas, o como consultores; cada uno tiene su perfil. Entonces, les propongo que busquen a alguien en esa actividad que los represente, y aseguran que ven, por ejemplo, al gerente general de Saputo, que ahora lo promovieron a Canadá. Y la pregunta que surge es: ¿esa persona de 40 años qué formación tiene? Sí, tiene el título de grado, una Maestría arriba, experiencia internacional. Por eso, si el de 25 se imagina a los 50 en una posición así y la persona de esa posición a los 50 ya tiene dos posgrados, experiencia, maneja tres idiomas, imaginate de los 25 a los 50 lo que le falta recorrer. Y el mundo sigue avanzando, es como caminar arriba de un colectivo, el colectivo es el mundo que sigue andando y vos caminás arriba del colectivo, tenés el doble de velocidad para poder llegar a la misma parada.

Muchos piensan que al ser una Maestría en Negocios Internacionales sólo encasilla a Licenciados en Comercio Exterior o Lic. en Relaciones Internacionales, ¿pero la propuesta es mucho más abarcativa verdad?

La Maestría en Negocios Internacionales lo que posibilita es que todas las formaciones en diferentes campos disciplinares, y aún en los términos de la actividad laboral, puedan concurrir y hacer una comunión de intereses. Estamos hablando de negocios y en la construcción de negocios hay gente de producción, el personal contable, el administrativo, el marketinero, el que está en la parte comercial; el negocio se construye de todos lados.

El Comercio Exterior es parte de los negocios. Vamos a casos paradigmáticos, vamos bien lejos para poder apreciar en la distancia perspectiva. Pensemos en empresas internacionales como Saputo, Mahle o Austin, son empresas que están totalmente. Tienen ingenieros, contadores, abogados, viajando por el mundo; todos metidos dentro de la misma visión del negocio internacional. Eso mismo se ve en las diferentes cohortes, hoy hay Ingenieros Mecánicos, Ingenieros Industriales, Abogados, Licenciados en Comercio Exterior, Licenciados en Relaciones Internacionales, Contadores, gente del sector bancario. Por eso, se logra una heterogeneidad de conocimiento muy importante, ese networking que hay dentro de cualquier centro de formación y más en una maestría. En la Maestría se habla de temas concretos, en las carreras de grado se construye y se teoriza, son conceptos abstractos que ayudan a construir una estructura ósea de conocimiento. En la Maestría se va a casos concretos, particulares, el alumno llega con su problema abajo del brazo, lo tira arriba de la mesa y el docente es más un coach que ayuda a través de diferentes teorías, pensamientos, nuevas tendencias.

Hay situaciones como en la primera cohorte, que terminaron haciendo negocios entre los maestrandos, docentes con alumnos, uno tenía un problema y el otro trataba de aportarle una solución o apuntarle el dato de una persona que podía ayudarlo. Eso es fundamental y se da en un ámbito que es de laboratorio. 

En el imaginario colectivo está la idea que si no hacés un posgrado en las grandes ciudades no sirve, ya que de otra manera no lográs hacer relaciones con altos ejecutivos de multinacionales. ¿Cuánto de cierto hay en esto?

Muchas veces juegan muchas fantasías al hablar de esto. Algunos se quedan con la idea que si van a hacer una maestría a Buenos Aires van a relacionarse con el presidente de la Coca Cola o con el Director del Santander. Esa gente ya hizo la maestría. A esas personas podés encontrarlas en los mega cursos ejecutivos y que salen carísimos. Entonces, si uno piensa que cuando va a Buenos Aires ese networking es superior está mal encaminado, porque el Director de la Coca Cola no sólo hizo la maestría sino que ya tiene el doctorado. Sí podés encontrarte con el ejecutivo de 30 años con cuatro o cinco años de experiencia que quiere hacer carrera dentro de la Coca Cola y que tiene un millón de ideas para comunicar; pero es un par tuyo y es ahí donde se da esa fusión y comunión de intereses. 

Además, son distintas realidades y escenarios. El panorama del empresario de Rafaela no es el mismo que el de Buenos Aires.

Si bajamos al campo del territorio, aunque el 60 ó 70 por ciento del volumen de los negocios internacionales en Rafaela y zona es hecho por grandes empresas, no por pymes, la realidad del territorio dice que nosotros estamos minados de pymes. Y también lo dice la realidad de las cohortes: el perfil habla que el 40 por ciento son de grandes empresas y el otro 60 por ciento son de pymes. Esa realidad territorial sólo puede ser entendida y expresada desde el mismo territorio, de la misma región. Entonces, si voy a hacer una maestría a Buenos Aires me vuelvo con un cúmulo de conocimientos invaluable pero cuando lo quiero bajar a la realidad de mi día a día, en una región como Rafaela, con una idiosincrasia muy particular, con un perfil de empresario muy especial, con un perfil de negocios internacionales tan particular, esa teoría de Buenos Aires no encaja.

Hablás de la idiosincrasia y del perfil del empresario de Rafaela, ¿cómo evaluás la participación de las empresas e instituciones de Rafaela y la región en la Maestría?

Nosotros estamos eufóricos y esa es la palabra correcta, porque en la medida que avanzamos vamos cubriendo diferentes aspectos que como todo nuevo proyecto lleva un tiempo. Son tres años, tres cohortes, y hay que seguir consolidándolo. Paralelamente, mientras viramos a otro perfil de maestrando como mencionaba anteriormente, cambiamos el perfil del apoyo de la empresa y eso es lo que nos pone eufóricos. Lo que empezó en la primera cohorte con uno o dos maestrandos soportados económicamente por las empresas, este año en esta cohorte ya suman cuatro. Hay cuatro maestrandos que llegan a la maestría a capacitarse soportados económicamente por sus empresas, que son de Rafaela. Y no son pymes, pero son empresas muy tradicionales de la ciudad, que terminan aportando económicamente a través de crédito fiscal, de Sepyme o de diferentes formas, pero hay un compromiso de la empresa y eso nos pone eufóricos. Hay que seguir trabajando mucho para que esto se haga extensivo. 

¿Todavía hay tiempo para que algún interesado puede sumarse?

Sí, siempre pueden sumarse. Lo que hay que tener en claro es que son 23 materias, las cuales hay que cursar, no son correlativas, son 23 créditos. Por lo tanto, pueden sumarse ya para la segunda clase así agarran todo el tren y no tienen que caminar solos este camino. El que se sume en esta semana arranca con una materia menos, pero después puede recuperarla. Una vez que se aprueban las 23 materias se presenta el trabajo final. Las 23 materias pueden cursarse en dos, tres, cuatro años, en función de cómo puede el alumno estructurarse laboralmente. Aquel que todavía tiene dudas, como todo desafío y proyecto personal, tiene que tener una gran cuota de valentía, de encarar un proyecto nuevo y una vez que estás arriba del barco, estas propuestas de formación de posgrado son cada día más consumidas por lo atractivas, por lo interesantes que resultan. Cada vez la gente se suma más, porque empiezan a encontrar no el conocimiento frío y sólido de la teoría de grado, sino mucha más realidades de tu día a día interactuada en otro ámbito, en un ámbito más de laboratorio. Entonces, el que estaba en duda y se sube al barco de la maestría dice “cómo no empecé antes, esto era lo que quería”.

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