Diariamente existe una dificultad en encontrar la diferencia entre estas dos prácticas. Hoy dedicaremos este espacio a esclarecer, a grandes rasgos, el fundamento teórico que las divide. 

La actividad física se entiende como cualquier actividad corporal, como por ejemplo pasear, limpiar el polvo o la práctica de un deporte de manera recreativa; la diferencia entre esta y el entrenamiento reside en la necesidad de seguimiento del proceso de entrenamiento a través de un listado de pautas o principios básicos dentro de los cuales se encuentran los siguientes principios:
Individualización en el cual se determina que cada persona es diferente en necesidades, capacidades, objetivos e infinidad de factores determinantes.
Aumento progresivo de la carga el que arroja la necesidad de ir aumentando de manera progresiva la intensidad, volumen, duración o los demás componentes de un estímulo conforme al cuerpo vaya adaptándose.
Súper compensación en el cual vemos la necesidad de dar una relevancia extrema a los períodos de descanso en los cuales el cuerpo logrará reestablecer estructuras estimuladas en los entrenamientos y generar las adaptaciones fisiológicas necesarias para el progreso.
Además surge la necesidad de tener en cuenta el principio de intensidad mínima del esfuerzo, en el cual determinamos que si el estímulo realizado no sobrepasa determinados umbrales de esfuerzo necesarios no será posible generar la adaptación que buscamos.
Estos son solo algunos de los principios que nos permiten tener un control del entrenamiento que llevamos adelante, principalmente para optimizar resultados ya sea el objetivo la salud, el rendimiento o cuestiones estéticas. Los invito a evaluar que tipo de actividad desarrolla cada uno de los lectores de este apartado, ¿Entrenás o realizás actividad física?
Julián Gramaglia – Profesor de educación física y Preparador físico.