Cultura y Espectáculos

Una obra de creación colectiva que aborda la cuestión de los cuerpos y territorios desde lo sensible

“Deserto es una obra que es producto de la creación colectiva, es decir, la dirección general es mía, pero es una creación colectiva de los intérpretes, Gabriela Guibert, William Prociuk que vino de Buenos Aires. Es producto de ese encuentro, que hicimos a lo largo de varios meses en el año, que mientras yo no estaba los chicos y chicas acá seguían trabajando, asique realmente es producto de la cabeza y del cuerpo de todes”, comenzó Molfino. 

Se trata de una obra que aborda en profundidad la cuestión de los cuerpos, las corporalidades. Le consultamos a la directora de esta producción, qué implica la idea de habitar “el fluir del deseo” y la cuestión del “retorno a lo sensible como salida”, información que describía a esta obra. “Es una obra en donde el cuerpo está puesto en primer plano”, resaltó Margarita Molfino. Indicó que la obra aborda la relación entre los cuerpos y el territorio y la manera en que éstos se manejan en ese espacio, “es un lenguaje absolutamente físico, pero además sensible, una percepción abierta y sensible; para mi hay algo del deseo, del erotismo, del derrame de todo eso que atraviesa y cruza la obra”. 
Destacó que se trata de una obra que es muy actoral, “además del trabajo físico como interpretes preparados que son, hay un trabajo interpretativo, actoral, muy hondo”, aportó. Expresó que Deserto reúne a un grupo de personas súper híbrido, contando con gente que llega desde diferentes lugares o espacios, en palabras de la directora: “con diferentes cabezas y formaciones y eso es muy hermoso”. 
“Es un placer enorme siempre, ya van varias ediciones que por suerte participo, en diferentes roles, como bailarina, actriz, directora, para mí siempre es un placer volver a mi ciudad, volver mutando y transformándome en los diferentes lugares que voy pasando porque así considero mi carrera, trato de ir nutriéndome de todo”, valoró Molfino. 
Además, remarcó la importancia del intercambio con los artistas de todo el país y reconoció al festival como un momento de encuentro, como “una verdadera fiesta”. “Es un placer enorme, me siento muy orgullosa y muy agradecida de que nos den este espacio”, destacó.  
Sumó su opinión respecto a la cultura, vinculándola al arte y al Festival: “Me parece un lugar que es muy importante que cuidemos, en esta época en que la cultura está muy vapuleada, hay que hacer mucha fuerza, el teatro es un lugar de resistencia, es un lugar que hay que sostener, como un puesto político y tenemos que estar acá sosteniendo este festival hermoso que tiene mucho valor desde hace muchos años para la ciudad”, finalizó. 
Los intérpretes de Deserto son: Venus Barbotti; Victoria Curiotti; Damián Prida; Candela Pruvost y Nicolás Reano. 
En la dramaturgia trabajó William Prociuk; en fotografía Lucas Boll; el diseño gráfico estuvo a cargo de Melina Meynet. En iluminación trabajaron William Prociuk y Bruno Morra. 
La música original y el diseño sonoro es de Martin Bosa.
Como mencionamos en esta nota, la dirección general es de Margarita Molfino; y la directora asistente es Gabriela Guibert. 

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