El 19 de febrero un fuerte viento dejó sin Salón de Usos Múltiples a la escuela rural de Colonia Castellanos, ubicada a unos 40 km al oeste de Rafaela. Estaba en plena construcción cuando las paredes se derrumbaron como un castillo de naipes y los ladrillos quedaron amontonados en un montón de escombros inservibles. Las cabreadas “peladas” atestiguaban que allí debía haber un techo, que no estaba. Pero este no fue el único golpe que recibió esta institución, ya que las últimas lluvias también la afectaron, ya no tanto al edificio en sí sino a su población escolar. Debido a que por los caminos anegados e intransitables los chicos no pudieron concurrir a clases por varias semanas. Aunque quizás eso sea lo de menos para estas familias a las que se les murieron animales, se les arruinó la cosecha, les bajó la producción en el tambo y ven con incertidumbre su futuro no tan lejano. A pesar de esto hay alguien que no se fue del lugar, y que sigue peleando junto a su familia para salir adelante en esta región como tantas otras veces. Cristian Tavari es docente y director (personal único) de la escuela rural José de San Martín de Castellanos, que junto a su hija y su esposa hace 23 años que viven en la casa de la escuela en medio del campo; y que una vez más tuvieron que hacerle frente al temporal, que no sólo fue de viento y agua sino de muchas situaciones adversas más que tuvieron que pasar. Después de la desazón que provocó la caída de la construcción del SUM, vinieron las lluvias y este docente estuvo prácticamente aislado un mes. Reconoce que recibió el apoyo de la comunidad, de la Comuna, la Regional de Educación, del diputado Martínez y de Defensa Civil. En tractor le alcanzaban sus provisiones diarias e incluso sus medicamentos que no podía dejar de recibir regularmente. Cuenta cómo en el patio de su casa de repente empezó a haber patos, como si se tratara de un estero lleno de agua y cómo los chanchos que cría estuvieron una semana parados en el barro. Se le echó a perder la producción de miel e incluso su salud peligró en un momento. “Hacemos de maestros, psicólogos, consejeros, todos nos conocen y la gente nos tiene como referentes”, le dijo la esposa de Cristian a RAFAELA NOTICIAS. Y asegura que más allá de las adversidades sienten que el campo, que esta escuela, es “su lugar”. Este lunes Cristian Tavari fue recibido por la ministra de Educación Claudia Balagué en Rafaela, que lo felicitó por ponerse al frente de todo lo acontecido y entregó un aporte económico importante que le ayudará a levantar nuevamente el salón que destruyó el viento. La alegría del maestro y su esposa por llegar a la colonia y dar “una buena noticia en medio de tantas malas” se les notaba en el rostro. "Siempre estuve en contacto con la supervisora Graciela Ferreyra y Mariano Gigón, el coordinador de la Regional, que tomó la posta y se encargó que me ayuden por lo del SUM. Recibimos la visita de Defensa Civil, de la responsable de salud del Nodo Laura Beltramo, del doctor Santiago Gaspoz. Pero todo coordinado por Mariano que siempre estuvo en contacto y hasta le habló de nosotros a la Ministra. Desde la Regional se portaron de diez", indicó el maestro.
Está claro que “para hacer patria” muchas veces no hace falta estar en la selva chaqueña o en el desierto patagónico. Muchas veces en medio de la pampa húmeda, a pocos kilómetros de las ciudades, la adversidades se hacen presentes, y por suerte siempre hay un maestro rural dispuesto a hacerle frente a todo.