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''Tenemos un promedio de 50 milímetros y se esperaban más de 200''

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"Lamentablemente pasamos de un extremo de dos años anteriores con excesos hídricos a una situación de sequía. Los registros al día hoy muestran que tenemos en promedio 60, 50 milímetros, dependiendo la zona, cuando deberíamos estar superando los 200", comenzó diciendo el ingeniero agrónomo Juan Manuel Picco del INTA RAFAELA al referirse a la situación actual que vive la región. Estos números hacen que enero y febrero de 2018, sean los más secos de los últimos 70 años. 
 En relación a si se preveía este tipo de pronóstico, el profesional indicó que "no tan extremo" como se está dando. "Se anunciaba un año neutro, normal. Lo que se hablaba en la zona era de un enero con lluvias que rondarían los 100 milímetros y un febrero más llovedor, situaciones que no se dieron. Los institutos que se encargan del pronóstico anuncian que a partir de marzo, el año sí ya sería normal", agregó.
En cuanto a los perjuicios que está trayendo la sequía, Picco explicó que si bien esta zona tiene un fuerte potencial agrícola, es principalmente tambera. "Ante esa situación los tambos hoy están produciendo a muy buen nivel, pero es donde están definiendo todas las reservas para el resto del año. El común de los tambos lo que utiliza son reservas de silo de maíz y rollos principalmente de los que son verdeos o pasturas como alfalfa. Lo que se avecina es que no están rindiendo lo que se esperaba y los que están en curso se encuentran en una situación de estrés, por lo que van a rendir un poco menos. Por otro lado, en lo que son los cultivos agrícolas, la soja de primera está empezando a determinar el rendimiento y ahí puede ser crítica la situación. En tanto el cultivo de soja sembrado en fecha de segunda presenta un estrés donde la planta quedó más aletargada, más chica y eso termina en menor rendimiento", explicó. 
Además Picco se refirió a la manera de palear la sequía, como podría ser que los productores instalen sistemas de riego en los campos, algo "inviable económicamente", ya que "el equipo de riego y la adecuación tienen un costo muy alto y a su vez en la región no hay ríos para proveernos de agua, por lo que habría que hacer perforaciones para obtener aguas subterráneas". Lo que resaltó el ingeniero del INTA, por otro lado, es que esta situación de sequía "es el momento adecuado para prever y desarrollar las obras para cuando lleguen los excesos de agua", es decir las inundaciones, que van a ocurrir en un futuro.
Finalmente, Picco se refirió a la necesidad de que "llueva lo más pronto posible entre 50 y 70 milímetros; y a partir de allí en 10 o 15 días vuelva a ocurrir una precipitación similar, como para que los cultivos se recuperen, para que el perfil quede cargado de agua para que pueda consumir agua a través de las raíces y desarrollar toda la etapa de terminación de rendimiento que están afrontando". 
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