La Federación de Acopiadores volvió a dirigirse al Gobierno Nacional con el objetivo de poner de manifiesto el riesgo comercial que implica el inicio de la cosecha de trigo HB4 sin medidas de control que impidan la contaminación.

Ayer, miércoles 20, el presidente de la Federación, Fernando Rivara, se reunió con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, y con el subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, para tratar el tema.

Según comentó Rivara, "Julián Domínguez y su equipo se mostraron abiertos a escuchar y comprendieron las razones de nuestra preocupación, además de comprometerse a poner en práctica medidas que ya están en análisis para poder dar evidencia al mercado de que el trigo no estará contaminado".
Pese a que la cosecha de trigo ya está en marcha en el norte del país, las autoridades no dieron precisiones sobre la fecha en que se comunicarán oficialmente las medidas a implementar.
Hoy Argentina tiene 55.000 hectáreas sembradas con HB4 en 350 lugares distintos. La cosecha podría generar unas 180.000 toneladas de un trigo cuya comercialización hoy no está autorizada y cuenta con el rechazo explícito de los compradores de trigo argentino que se niegan a adquirir trigo o harinas OGM.
A comienzos de octubre el Ejecutivo había aprobado el primer trigo transgénico del mundo, siendo esta una iniciativa de la empresa INDEAR, compuesta por Bioceres y el Conicet, generando una variedad tolerante a sequía.

El Ministerio de Agricultura aprobó esta variedad, pero no puede ser producida o comercializada hasta que Brasil también la apruebe.

La resolución 41/2020 establecía lo siguiente, "autorízase la comercialización de la semilla, de los productos y subproductos derivados de ésta, provenientes del trigo IND-ØØ412-7". Además, señala que aprueba a toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier trigo no modificado genéticamente.

Esta decisión se emitió luego de que la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA) que concluye "dar por finalizada la Segunda Fase de Evaluación del trigo genéticamente modificado IND-ØØ412-7, concluyendo que los riesgos derivados de la liberación de este organismo vegetal genéticamente modificado (OVGM) al agroecosistema, en cultivo a gran escala, no difieren significativamente de los inherentes al cultivo de trigo no GM...".

Esta decisión se aplica al trigo IND-ØØ412-7 y a toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier Triticum aestivum no GM obtenidos en forma convencional.
Por su parte, el Senasa destacó que no se encontraron objeciones científicas para su aprobación desde el punto de vista de la aptitud alimentaria humana y animal. "No se encuentran reparos para la aprobación con destino a consumo humano y animal de los eventos de transformación antes mencionados", detallaron.

Desde el Ministerio de Agricultura, en ese momento, señalaron que se estima que esta variedad proporcionará una nueva alternativa para optimizar el control de malezas en el cultivo de trigo y para aumentar los rendimientos ante situaciones de estrés hídrico. "Del análisis comercial y su impacto en las exportaciones se advierte un posible riesgo, ya que el solicitante carece de aprobación comercial en la República Federativa del Brasil, el principal comprador internacional de trigo argentino", argumentaron.

Por este motivo, la aprobación fue realizada pero no se podrá comercializar hasta que Brasil apruebe esta variedad. "La aprobación debe estar condicionada a la aprobación comercial por parte de Brasil, debiendo abstenerse la solicitante de producir y comercializar las variedades que contengan el evento hasta tanto obtenga la licencia Brasil", fundamentó el Gobierno.