En la mañana de este martes RAFAELA NOTICIAS, dialogó con Ariel Lanzzetti y Alejandro Prats, quienes formaron parte junto a Atilio Sello, Daniel Ambra, Ricardo Quintana, Mónica Moreno; Ricardo Galván y Bruno Díaz, del grupo de Bomberos Voluntarios rafaelinos que acudieron a colaborar en las tareas de rescate de la víctimas de la explosión ocurrida en la ciudad de Rosario.
Entre sus relatos comentaron “La situación ni fue nada grata es una catástrofe y la tensión se palpa minuto a minuto, y los tiempos para buscar víctimas son cortos, el trabajo es pesado y lento por momentos., pero queremos agradecer la atención de la gente de Rosario nunca nos faltó nada para comer, el café caliente, cena almuerzo, todo muy bien organizado y en gran volumen”.
Consultados sobre la magnitud del derrumbe indicaron “Había que remover mucho, el cálculo no lo sé estuve viendo edificios de acá y para tener una dimensión es como el edifico que esta frente a control público derrumbado y con unos seis metro de escombros para remover”.
“Se tenían los planos del edificio y eso da una pauta de donde podría haber gente se buscaba en esas zonas, se sacaba escombros y empezaba el trabajo de los perros de búsqueda se marcaba el rastro y se buscaba y se sacaba otra tanda de escombros y así. Se trabajó con sondas, con cámaras ópticas para ver si se encontraba algo”, comentaron refiriéndose a la organización de la tarea de búsqueda.
Comentaron también que “ el área estaba vallada cien metros a la redonda, solo entraban rescatistas y personal autorizado, no tuvimos ningún tipo de contacto con periodista o familiares porque no estaba habilitado para que ingresara nadie, eso fue bueno porque te ausenta un poco de la escena que esta viviendo el familiar y te deja la cabeza en blanco pensando en el rescate y te aleja del familiar a o del público en general que interfiere en la tranquilidad del rescatista.”
“Nosotros no hemos encontrado cuerpos, solo elementos personales que te quedan marcado, fotos, computadoras, hasta dinero y alrededor de las tres de la mañana se encontró una mascota, un gatito”.
Refiriéndose al momento en que finalizó su labor expresaron “Uno vive la satisfacción personal de poder haber estado ayudando a gente y trabajar con muchos camaradas y la experiencia, lo demás es parte de nuestro trabajo. Lo único que hemos cobrado es el aplauso y las gracias de la gente y eso es lo que te da fuerza para seguir adelante ante una situación tan trágica. Cuando terminamos el trabajo uno siente un poco la liberación de las tensiones, decir se terminó nuestro tarea aunque lamentablemente no hemos podido encontrar a nadie”.
Ante la pregunta sobre cómo se mantiene el espíritu elevado en tan uros momento explicaron “El incentivo no hace falta, el dialogo entre rescatistas es muy poco dentro de la escena y se trabaja en silencio porque en cualquier momento se puede escuchar un ruido que pueda conducir a una víctima. Fuera de la escena cada uno organiza su grupo para agilizar la tarea pero dentro prácticamente no hay dialogo”.
“La vuelta de Rosario fue agotadora, estábamos muy cansados, cambiamos tres choferes porque estábamos muy cansados y charlando y tratando de poner en común para que no nos afecte psicológicamente. Hoy podemos decir que Rafaela está muy segura con el Cuerpo de Bomberos voluntario y agradecer al cuerpo la tarea y las ganas que le ponen. Estamos muy orgullosos del cuerpo.”, enfatizaron.
“Se sueña no solo esta catástrofe, en todo lo que participamos, se vive y se lleva en la sangre lo vas guardando y cuando estas con ciertos problemas te vienen estas imágenes en la cabeza.”, finalizó Alejandro.
Por su parte Ariel, quien además trabaja en un Servicio de emergencias médicas resaltó “ uno con los accidentes esta mas acostumbrado y lo va a adaptando a su manera de vida, pero esto de Rosario va a marcar un antes y un después para los que estuvimos allí”.