Teniendo en cuenta las decisiones de quienes comandan las “fuerzas de seguridad”, es posible percibir la concepción de que, cuantos más uniformados arriben a la ciudad, más seguridad habrá. 
Entonces, nos preguntamos ¿De dónde proviene esta creencia, en un contexto que a nivel nacional nos muestra que la policía se encuentra en un estado de arrebato a los derechos de las personas? ¿Más policía es igual a más seguridad? ¿SEGURIDAD PARA QUIÉNES? 
Otra pregunta que nos surge es ¿Cuándo se implementaran por fin, políticas sociales y otras que generen puestos de trabajo? ¿Cuándo serán abordadas las diversas situaciones de precarización y pobreza a la que se encuentran muchas personas, en Rafaela? ¿Cuándo se saldrán del centro, para abordar las problemáticas reales en los territorios? En otras palabras, cuando se tendrá en cuenta al otro, como uno mismo, generando contextos en los que se pueda contar con un trabajo, con salud pública de calidad, con educación y cultura en todos los barrios.
Ahora, también nos preguntamos y les preguntamos: ¿Realmente creen, que con la incorporación de más y más “fuerzas de seguridad”, se acabarán con problemáticas sociales mucho más antiguas, amplias y diversas? 
En fin y retomando, seguir reproduciendo estas lógicas es desentenderse de problemáticas que devienen de desigualdades sociales, de situaciones que en muchos barrios parecen estructurales, pero que es responsabilidad de todos trabajar para modificar. O por lo menos, no avalar su destrucción total.