Este viernes, en la Plaza 25 de Mayo de Rafaela, se llevó a cabo una jornada de difusión y protesta encabezada por Ana Paula Rosillo, activista por los derechos de los animales. En sus declaraciones a RAFAELA NOTICIAS, Rosillo expresó su rechazo al reciente Decreto 133-2025, promulgado por el presidente Javier Milei, que habilita la exportación de animales vivos, un tema que considera un “retroceso atroz”.
“El decreto implica que animales como cerdos, ovejas, vacas y gallinas puedan ser transportados vivos, lo que representa una crueldad indescriptible. Estos viajes no son de días, sino de semanas o meses, y los animales sufren maltrato físico y psicológico, viviendo en condiciones de hacinamiento extremo”, destacó Rosillo.
La activista explicó que, en estas condiciones, los animales pueden enfermar y, en caso de no recibir atención veterinaria, son arrojados vivos al mar, lo que agrava aún más la situación. “Argentina había sido pionera en derechos para los animales, pero este decreto nos hace retroceder enormemente. Estamos en contra de esta medida, que refleja una visión mercantilista y económica, donde los animales son considerados mercancía”, sostuvo.
Rosillo aclaró que el objetivo del decreto es estrictamente económico: “Es más barato transportar los animales vivos, lo que beneficia al comercio internacional y a la globalización, pero lo que menos importa es la vida de los animales”.
La jornada también sirvió como un espacio para concientizar a la comunidad sobre el tema, con actividades en diversas ciudades del país, como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Santa Fe. “Estamos luchando para que el decreto sea revertido. En 2012, la Declaración de Cambridge ya reconoció que los animales tienen conciencia y deseos propios. No son inferiores a los seres humanos. Sus vidas y cuerpos deben ser respetados”, afirmó.
Rosillo hizo un llamado a la reflexión sobre la dignidad y el respeto hacia otras formas de vida, subrayando que, a pesar de que los animales son frecuentemente subestimados y utilizados, es fundamental reconocer que sus vidas no valen menos que las nuestras.