Al parecer esto no ha sido visualizado correctamente por el actual Director de Policía Comisario Mayor Daniel Alcaraz (Jefe Región 2, Nodo Rafaela), quien por lo que se puede percibir en el imaginario público, tras el diálogo con muchos rafaelinos, permanece distraído a la gravedad de lo que está sucediendo, permitiendo de esta manera que la delincuencia gane día a día mayores espacios. No se ha puesto en marcha ningún plan de seguridad ciudadana para prevenir el delito. Si bien sabemos que la delincuencia se transforma constantemente y la complejidad de los delitos va en aumento, también es real que los efectivos policiales son los únicos preparados para buscar alternativas de solución a estos nuevos delitos que aparecen y que en nuestra ciudad parece se han instalado para quedarse, y en esto, el rol de quién conduce a la fuerza es fundamental.
Orientar patrullajes, recorridas y control de manera inteligente, día a día y respetando el mapa del delito, debiera ser algo usual dentro de la organización policial, pensada desde su cabeza. Evidentemente en nuestra ciudad o no fue pensada o habrá que repensarla porque si evaluamos los resultados estos no están siendo los mejores.
Detrás del ilícito hay un comercio muy extenso, quienes reducen teléfonos, televisores, electrodomésticos, motos, bicicletas etc; habrá que comenzar a hacer hincapié en esto también para tratar de desarticular este comercio que, vinculado al delito, tiene a nuestra ciudad en vilo.
Bajo ningún punto de vista ponemos en duda la idoneidad del Director Policial del Nodo 2, pero evidentemente la lectura que esta haciendo de los hechos no es la más acertada y su gestión será recordada como un tiempo donde el delito adquirió un desarrollo superlativo para nuestra ciudad y la zona, generando una disconformidad en la sociedad rafaelina de la cual no se tienen antecedentes.
Lamentablemente, los cuantiosos ilícitos, son conocidos por el boca a boca, por el relato de los afectados, en muchos de ellos no se radican las denuncias, ya que las víctimas lo consideran una pérdida de tiempo ante los escasos o casi nulos esclarecimientos de los que se tiene información. Pareciera que ocultar los procedimientos haría que los hechos delictivos desaparecieran
Normalmente los damnificados son mujeres, personas mayores o adolescentes, a los que les roban carteras, billeteras, celulares etc.
Lo mismo pasa con las viviendas, a las que ingresan a cualquier hora del día, con moradores o no, dentro de las mismas, como si hubiera una inteligencia previa: hoy los vecinos salen de su casa y cuando vuelven no saben con que pueden encontrarse. Montones de casas que sufrieron robos, muchos de ellos de magnitud y muy pocos han sido aclarados.
Seguramente no estamos contando nada nuevo respecto de los episodios delictivos que vienen padeciendo vecinos de nuestra ciudad, muchos de nuestros televidentes tendrán sus experiencias personales al respecto y unos deseos inconmensurables de que esta realidad se modifique prontamente, para poder recuperar un poco de la tranquilidad que ha caracterizado a Rafaela.
Con el pasar del tiempo las estadísticas serán las testigos del incremento de los delitos en ciudad y la zona entre el 2014 y el 2016 y seguramente lo vincularán a la cabeza de la gestión policial en ese período de tiempo.
Un párrafo aparte merecen los poderes políticos que pasan su tiempo tratando de determinar a quién le compete la responsabilidad sobre la seguridad y en él mientras los rafaelinos seguimos padeciendo y aunque la intención no es sembrar el pánico si lo es hacer énfasis en la preocupación mayúscula que la inseguridad genera y la pronta solución que esta requiere. Será tiempo de empezar a gestionar ante quien corresponda y de la manera que corresponda y también habrá que profundizar el dialogo entre los diferentes sectores políticos despojados de personalismos y mezquindades para lograr la recuperación al menos en parte de la paz que siempre caracterizó a nuestra ciudad.