En la Psicopedagogía se encuentran y desencuentran dialécticamente múltiples disciplinas, encabezadas por la Psicología y la Pedagogía.   
Desde allí la profesión enlaza su interdisciplinariedad explícita para pensar sobre los sujetos en situación de aprendizaje, donde el aprender es significado por cada uno de formar particular y articulado con las instituciones por las que transitan y las comunidades que los alojan.
El profesional de la Psicopedagogía está allí para acompañar la construcción de miradas en torno a las posibilidades de aprender, de desplegar el deseo de cada cual, de tejer artesanalmente tramas donde el aprendizaje tenga sentido y brinde sentidos; donde cada sujeto pueda encontrarse consigo mismo, dar nuevas interpretaciones a las tramas del pasado y construir puentes hacia el futuro.
Las prácticas psicopedagógicas son tan ricas como psicopedagogos se constituyan en artífices de la profesión. Las mismas abarcan posicionamientos, teorías, instrumentos, métodos, modalidades y nociones diferentes; y en esa diferencia se construye el arduo trabajo cotidiano que apuesta por aquello que desarrolla.
Los profesionales, con formación universitaria de grado, los estudios permanentes, las supervisiones periódicas, la docencia, la investigación, los encuentros de trabajo, las escrituras, las experiencias y las prácticas acompañan desde su especificidad a cada comunidad en el trabajo con otros.
Como miembro del equipo de trabajo de la Universidad Católica de Santiago del Estero, Departamento Académico Rafaela, y en representación del mismo quiero felicitar a todos los profesionales de la PSICOPEDAGOGÍA que acompañan el desarrollo de la ciudad y la región; alentando a confiar en la búsqueda de nuevos horizontes de intervenciones donde el aprendizaje represente la apuesta irrenunciable por el despliegue de la subjetividad.