Policiales

Otro teléfono recuperado luego de varios meses: cuál es el dato clave si te robaron el tuyo

El equipo recuperado había sido robado en enero.

La información que llegó a la mesa de trabajo de RAFAELA NOTICIAS indica que un hombre de apellido Flores, que denunció en el mes de enero la sustacción de su teléfono celular del interior de su domicilio -ubicado en barrio Barranquitas-, pudo recuperar el aparato luego de un trabajo de investigación realizado por el Departamento Compleja 5 de la PDI de Rafaela.
Concretamente, al hombre le habían robado el aparato desde el interior de su casa, en horas de la madrugada. Ingresaron a la casa por una puerta que no tenía medidas de seguridad. Pero lo importante es que el aparato apareció ahora, más de seis meses después. Y que la PDI "Departamento Compleja 5", como la llaman en la jerga -tiene su sede en avenida Mitre entre Víctor Manuel y Gral. Paz- ya recuperó más de una docena de teléfonos en las últimas semanas, todos robados entre septiembre y enero, es decir, hace varios meses.

El dato clave que no podés dejar de tener en cuenta

¿Por qué aparecen los teléfonos en cuestión? En primer lugar, hay un dato clave: siempre hay que tener a mano el número de IMEI que tiene el teléfono. Esta identificación es fundamental, ya que es un equivalente al ADN: no hay dos equipos con el mismo IMEI. Al sufrir el robo del aparato, las personas al hacer la denuncia dan de baja el chip que permite la comunicación la conexión en línea del aparato, pero se les pregunta si también quieren dar de baja el aparato. Si lo hacen, el mismo se torna en inutilizable para quien lo robó. Pero si sólo se da de baja el chip y no el equipo, quien lo sustrajo o eventualmente lo encontró y no lo devolvió, puede comenzar a utilizarlo con otro chip.
Ahí aparece la ventana de oportunidad para los investigadores. Todos los números de IMEI pertenecientes a equipos robados son incorporados a una base de datos. En algún momento puede ocurrir que el aparato caiga en manos de una persona que lo adquiere de buena fe y le incorpora un chip para utilizarlo con un servicio de una empresa que, al proveer el chip, lo asocia al IMEI del aparato.
Lo que hacen los policías de investigaciones es averiguar en las empresas de telecomunicaciones a quién le vendieron chips para colocarlos en teléfonos cuyos IMEI están denunciados. Si bien las empresas tardan en comunicar esos datos, cuando los mismos aparecen no dejan lugar a muchas dudas: hay un NN que finalmente tiene nombre y apellido y es quien está usando el aparato que fue robado. Allí entra la labor más "fina" de los investigadores: realizar una tarea de campo que permite identificar los domicilios donde viven los sospechosos de haberse apropiado del aparato y poner en conocimiento de los avances al fiscal de turno. Con las órdenes judiciales pertinentes, se puede allanar o requisar el domicilio donde vive la persona investigada. La requisa implica tocar la puerta y poner a la persona investigada al tanto de lo que se busca. Generalmente se trata de personas que no oponen resistencia y entregan los aparatos. Si en cambio el trabajo de campo aconseja realizar un allanamiento, la entrada es con fuerzas de irrupción y sin aviso.
Todo ese proceso lleva tiempo pero los resultados son efectivos. Así ocurrió en el caso del hombre de calle Tucumán, que pudo recuperar finalmente un Samsung J7 que estaba siendo utilizado por na persona afincada en barrio Zazpe, donde se pudo secuestrar el teléfono buscado. Y corresponde resaltar la labor de los investigadores, que con pocos recursos de personal y materiales no dejan de rastrear a los aparatos robados.

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