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Noche sin goles y con el deseo en otro lado

Foto: INFOnews

Hay una obsesión en San Lorenzo, se sabe, y eso se llama Copa Libertadores de América. Lo recordaron con sus cantos, cada vez que pudieron, los hinchas del Ciclón. Aunque no hace falta: Bauza y el equipo lo tienen muy claro. Por algo el entrenador armó un equipo para jugar anoche ante Newell’s que, en realidad, puso su mira más larga en el encuentro del próximo miércoles contra Gremio –en el Nuevo Gasómetro– por la ida de los octavos de final.

Y por eso, también, es que un empate que aunque todavía no lo aleja de la pelea por el campeonato local –sigue a tres puntos de Estudiantes, que también empató en esta fecha-– lo mantiene con muchos equipos arriba. Un triunfo, en cambio, lo hubiera posicionado. No lo consiguió y eso no derrumbó el ánimo cuervo. Ni el del equipo ni el de los jugadores. No es que San Lorenzo no se haya ilusionado con el bicampeonato, con la defensa de la corona conseguida el año pasado. Pero lo que lo desvela no se jugaba ayer en el campo del Nuevo Gasómetro. En el mundo azulgrana se puede vivir, por ahora, sin otro título local, pero falta el aire cada vez que se piensa en la Libertadores.
De los once que ayer Bauza tiró en la cancha, apenas dos serán titulares el miércoles. Uno de ellos es Héctor Villalba. El otro se definirá entre Mauro Matos y Nicolás Blandi, los dos delanteros que anoche conformaron el ataque inicial. El banco de suplentes contra Newell’s, entonces, quedó armado con los futbolistas que la semana que entra buscarán una buena diferencia para luego viajar a Brasil.
Y no es que anoche Bauza haya resignado la búsqueda del triunfo. Todo lo contrario. Cuando el entrenador vio que las cosas podían terminar en cero para ambos, metió algo de picante a la cancha. Lo puso primero a Ignacio Piatti (salió Juan Cavallaro) y al rato mandó a Ángel Correa (remplazó a Nicolás Blandi). En la mitad del segundo tiempo entró Juan Mercier por Facundo Quiroga. Y, de hecho, hasta pudo llevarse el partido. Pero no pudo definir lo que generó.
Quedó en evidencia ahí la diferencia de plantel con Newell’s, que además arrastra un momento difícil. El quiebre lo marcó la derrota en el clásico contra Rosario Central. A eso le siguió la eliminación de la Copa Libertadores, que derivó en la renuncia de Alfredo Berti. Lo más destacable anoche en el equipo rosarino fue Ever Banega, que mostró que está en otra categoría del resto de los futbolistas que estuvieron en la cancha.
El ánimo de uno y otro también quedó en evidencia. Se nota que San Lorenzo ha conseguido la confianza necesaria para afrontar esta etapa final del primer semestre del año. Una muestra: cuando el arquero Nahuel Guzmán quiso salir jugando ante Blandi y el delantero se la robó. Eran dos realidades distintas: el que cree que nada le sale y el que cree que todo lo puede.
Entre la rotación y su metodología de preservación de jugadores, Bauza aprovechó para darle confianza a Cristian Álvarez, el arquero suplente de Sebastián Torrico. También para darle minutos a Gonzalo Prósperi y a Germán Voboril, que jugó su segundo partido después de pasar un año de inactividad. O para hacer debutar al juvenil Facundo Quignon. Sigue ahí en el campeonato, pero todos se fueron del Bajo Flores pensando en la Copa.


Debut
Ante Newell’s, debutó Facundo Quignon, un juvenil de 20 años.

Al frente
Para buscar el triunfo, al final, Bauza puso a Piatti, Correa y Mercier.

COMENTARIO
En los primeros 20 minutos del partido, Newell’s se adelantó a San Lorenzo, que recién se levantó promediando esa parte. Pero en el complemento, cuando Bauza mandó a la cancha a Ignacio Piatti y Ángel Correa, todo cambió. Ahí mismo el Ciclón fue más. La velocidad de Correa entregó mucho más peligro para los locales. De hecho, la sensación al final fue que el triunfo debía ser para San Lorenzo. Correa le cambió la cara al equipo y hasta pudo convertir. Pero al Ciclón le faltó la puntada final.

LA FIGURA
Ángel Correa: Bauza lo puso en el banco para preservarlo, pero en los inicios del segundo tiempo lo mandó a la cancha. Y su entrada le cambió la cara al equipo. Entregó peligro en el área rival y hasta pudo convertir.

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