Por la falta de respuesta de la policía, o porque se sienten absolutamente impunes, los delincuentes parecen haber perdido cualquier escrúpulo o temor a la hora de robar. Fundamentalmente los que van por los tendidos de cableados: roban a plena luz del día, incluso cuando los vecinos los filman, y no se privan de atacar instituciones como los clubes, donde la infraestructura que poseen esas entidades fue hecha con el esfuerzo de mucha gente que colabora con su trabajo y su aporte económico.
Cerca de las 16 de este jueves ingresó al sistema de Ojos en Alerta un aviso sobre un sujeto que se encontraba en Brasca y Bv. Roca cortando los cables de alimentación eléctrica al predio del club Ferrocarril del Estado. Para cuando llegó la GUR al lugar ya se encontraban efectivos de la Agencia de Investigación Criminal que habían detenido al sujeto en cuestión, identificado como Franco Damián V., de 26 años, domiciliado en calle Marozzi, que ya tenía en su poder cables cortados.

El hecho tiene varias lecturas. Primero, lo mencionado: los delincuentes ya no se preocupan por actuar a escondidas. Trepan a las alturas, cortan cables, desmantelan la infraestructura eléctrica y se llevan el botín. A plena luz del día. Segundo, el episodio esta vez tuvo un final apropiado a lo que la gente espera: que el malviviente vaya preso. Le "pintarán los dedos", como se dice en la jerga, aunque probablemente en pocas horas recupere la libertad. Y tercero: el hecho se produce en inmediaciones del barrio Independencia, a menos de 24 horas de que los vecinos denunciaran ante las máximas autoridades policiales de la ciudad el estado de indefensión en que se encuentran.
Ahora el daño está hecho, aunque los cables hayan sido recuperados. Y la gente de Ferrocarril del Estado, que con tanto esfuerzo brinda servicios y contiene a decenas de niños que practican deportes en esas canchas, tendrán que ponerse a trabajar para recuperar el servicio. Penoso y lamentable.