Desde hace años, Rafaela ha sido escenario de múltiples reclamos por diversas situaciones en la vía pública. En el último tiempo, uno de los temas que ha generado mayor debate es la presencia de lavacoches, especialmente en el microcentro de la ciudad. Mientras algunos de ellos trabajan con la intención de ganarse el sustento diario, otros generan conflictos y situaciones incómodas para los transeúntes y conductores.
La difícil situación social también se refleja en un aumento de personas que piden dinero en las calles, tanto en bancos céntricos como en locales gastronómicos. Algunos buscan refugio en espacios públicos o propiedades privadas, al no tener un lugar donde vivir. Incluso, al ser desalojados del espacio público, en algunas ocasiones, cuando se les ofrece ayuda, la rechazan.
Otro fenómeno visible es la presencia de malabaristas en los semáforos, quienes intentan mostrar su arte y, al mismo tiempo, encontrar un medio de sustento. Pese a la recurrencia de estos, pocas fueron las veces que se generó algún conflicto.
Sin embargo, en las últimas semanas, se ha detectado con mayor frecuencia la presencia de limpiavidrios en distintos puntos de la ciudad. Si bien esta actividad no es nueva en Rafaela, en el pasado no se había extendido de manera sostenida en el tiempo. Actualmente, se observa a estos trabajadores en Bv. Roca y Ruta 34, Bv. Roca y 3 de Febrero, y en Bv. Lehmann y Gabriel Maggi, entre otras intersecciones de alto tránsito.
Indudablemente, la situación de Rafaela difiere de la de grandes urbes. En la capital provincial, por ejemplo, es habitual encontrar personas ofreciendo servicios en las calles. Si bien Rafaela aún no presenta esta problemática de manera tan acentuada, el incremento de esta actividad podría generar un escenario similar en el futuro.