Pero hay cosa que no se pueden discutir, sin vida no hay economía, no hay patria y tampoco argentina. Aunque sea esta pobre patria que los últimos gobiernos nos dejaron pauperizada, tanto económica como socialmente.

Cuando vemos un cachorrito, de cualquier especie, así sea de león o de lobo, nos llena de ternura, nos da ganas de protegerlo y cuidarlo, hasta que pueda hacerlo por sus propios medios. Eso es el instinto de preservación de la vida que llevamos marcado a fuego en nosotros. Pero sin embargo quieren que discutamos si un bebe tiene derecho a vivir o no. ¿Se puede discutir esto?
En lugar de mejorar rutas para evitar muertes por accidentes, en lugar de aumentar la inversión para generar más fuentes de trabajo, en lugar de realizar acciones sociales sobre los sectores más vulnerables. Discutimos matar a los niños por nacer y marcar a las mamás con un trauma de por vida.
Las plantas florecen en entornos que le son propicios, crecen solo cuando reciben la correcta humedad y nutrientes necesarios. Los seres humanos y las sociedades también. Si el entorno es adverso, tendremos droga, violencia, robos. Los seres humanos y la sociedad no florecerán. ¿Qué puede florecer en una sociedad que mata al más vulnerable? Aquel que no puede defenderse solo, que ni gritar puede todavía. 
Proponemos lo contrario, realicemos gestos permanentemente de ayuda mutua a todos. Una sonrisa, una propina, un gracias, una prioridad de paso en una esquina, una posibilidad de trabajo, etc. Con pequeños gestos contendremos a todos y a cada uno le permitiremos florecer.
No es una discusión religiosa. No es una religión contra otra o religiones contra ateos. Se discute la posibilidad de matar legalmente al indefenso.
Las barbas de Duran ganaron, estamos escribiendo sobre defender la vida y dejamos las finanzas por un momento. Lo que pasa, es que, sin vida, no hay finanzas.
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