Judiciales

Las absurdas justificaciones del homicida: "estoy siendo perseguido por gente del pueblo"

Un momento de la audiencia de este martes. Por disposición de la OGJ no se pueden publicar fotografías de los imputados.

En toda instancia de imputación de un hecho delictivo, el imputado tiene oportunidad de hacer uso de la palabra sin que ésto lo obligue a decir la verdad: no lo hace bajo juramento, y puede aceptar o no que se le formulen preguntas. Negarse a declarar es un derecho que le asiste y la negativa no presupone ningún indicio que merezca ser considerado por la justicia.
Miguel Angel Spahn, acusado del homicidio de Gonzalo Riato, eligió hablar. Y confesó la autoría del crimen, aunque dio su propia versión de los hechos que desencadenaron su absurdo ataque al "Colo" Riato.
Dirigiéndose al juez Bottero, con voz clara, Spahn manifestó que "estoy siendo perseguido por gente de ahí del pueblo y me han hostigado desde el día uno que llegué al pueblo hasta ahora"
Dijo que en la noche del viernes, "cuando yo llego a mi casa, me perseguía gente de Rafaela, yo tuve que subir por la ruta, llegué a mi casa, veo que había gente afuera, el chico este Riato estaba ahí en la esquina del frente de su casa y estaba como organizando para hacerme algún daño", manifestó. En la audiencia cautelar se supo que en realidad Gonzalo hablaba con un familiar para organizar un encuentro para la cena de ese viernes.
Spahn continuó su relato recordando que "ya anteriormente ha pasado que han golpeado a otra gente, a otros pibes, le cierran las puertas, se los hostiga para que no obtengan una buena calidad de vida y se vayan. Yo tuve esos problemas, algunos vecinos me tienen también como una persona que soy loca, como que soy una persona insociable, intratable, y así se me cerraron muchas fuentes de trabajo, que al final terminó en que yo no pude tener ninguna entrada laboral, no tengo ni para comer y me estaban hostigando para que yo me vaya del pueblo".
Fue en ese punto en que se refirió a otro hecho que le habría molestado. "Anteriormente habían puesto unas cámaras de vigilancia afuera de su casa, una en cada punta de su casa, en la casa de este chico Riato, había puesto una cámara del otro lado del vecino. A mí me pusieron otra cámara donde me hostigaban continuamente, cada vez que yo me iba de viaje a Rafaela, a hacer algún trabajo, siempre me paraba la policía, siempre me revisaban, nunca me encontraron nada, siempre dije que iba a ir a trabajar y les mostraba pruebas de que la moto no era robada. Y así mismo una vez llego a Rafaela, me sacaron el vehículo, después tuve que recuperarlo porque era el único medio de transporte que yo tengo. Y con muchas otras cosas más. Como así también me han cortado la luz como 8 meses. Hay veces que no podían ir a buscar agua, porque no había agua en el pueblo de Lehmann. Hay una zona de la villa que hay que hacer como 8 cuadras para ir a buscar agua. Y había veces que no tenían ni agua para tomar, tenían que ir a Rafaela y me traía una botella de agua", amplió.
Aunque ningún testimonio de los expuestos en la audiencia mencionara que hubiera personas acompañando a Gonzalo en el momento del ataque y resulte totalmente ilógico que el "Colo" estuviera participando de una "conspiración" como la que pintó Spahn -de hecho, fue corrido mientras gritaba pidiendo auxilio y que llamaran a la policía, vestido con la ropa de trabajo tras cumplir con su turno laboral-, Spahn continuó insistiendo en la teoría de la supuesta persecución en su contra. Remarcó una vez más "el hostigamiento continuamente por parte de esta gente. Cuando yo estaba saliendo, que yo soy de Rafaela, agarro la moto porque vi que estaban en esa junta o para hacer algo, salí con mi moto y ahí vi que el chico, Riato, estaba hablando por teléfono. Cuando yo voy saliendo, sale otra gente que yo ahí le dije que por qué me había arruinado la vida, por qué me había hecho tanto daño así, porque se habían puesto en contra mía, por qué me habían hostigado tanto así para que yo me vaya, qué les había hecho yo, para merecer todo lo que me hicieron. Y la verdad que de esta situación, hace 17 años que estoy viviendo ahí, y es el único lugar donde yo puedo estar bien para vivir porque era mi casa, no le pido nada a nadie. Lo que yo tengo, lo poco que tengo, lo gané con mi esfuerzo, trabajando, no anduve en cosas malas, como se me ha dicho muchas veces, que anduve robando y otras cosas".

La confesión

El relato siguió. "Quiero pedirles perdón a la familia, perdón a todos por lo que hice, porque sé qué lo que hice estuvo mal. No quise llegar a eso, pero me hicieron la vida imposible y así estoy ahora, acá pasando esta situación. Yo nunca quise matar a otro. La verdad es que yo no quise hacer eso. Yo tengo que ir a darle de comer (ininteligible) y no tengo fuente de trabajo. Tengo que salir a hacer changas porque no se me abren las fuentes de trabajo. Es como que conspiraron todos para que yo no tenga un ingreso. Pero yo seguía porque tengo a mi hija que tengo que darle de comer, tengo cosas que pagar, tengo muchas deudas y son muchos años que vengo peleándola así, haciendo lo que puedo para poder sobrevivir y no tengo ayuda de nada ni de nadie . Lamento mucho lo que hice, les pido perdón, no quise hacerlo, no se lo que se me pasó por la cabeza, yo salí porque le habían pegado a otra gente frente de casa, una multitud golpearon a otro chico que se había metido a sacar verdura ahí de los bolivianos y lo patearon y lo golpearon tanto que lo dejaron ahí tirados. Y así hacen en el pueblo y no hay progreso de trabajo, así que tengo que ir a Rafaela, por un accidente que tuvo una prima, tengo que ir al hospital de allá, no hay ambulancia, no hay nada, ni agua te dan, y si se cierran las puertas de trabajo a donde quieren que vaya. No me queda otra que seguir así. Pero ahora ya está, ya no tengo más nada. Perdí mi libertad, perdí todo. No quise matarlo", finalizó.

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