A tres semanas de su internación en el Hospital Gemelli de Roma por problemas respiratorios, el Papa Francisco continúa en estado estable y sin nuevas crisis respiratorias. Sin embargo, los especialistas advierten que su recuperación será extensa debido a la complejidad de su cuadro clínico.
Según el último parte médico, el Sumo Pontífice pasó una noche tranquila con asistencia de una mascarilla de ventilación mecánica no invasiva, lo que le permite descansar mejor y aliviar la carga sobre sus músculos respiratorios. A pesar de la estabilidad, el pronóstico sigue siendo reservado debido al riesgo de infecciones.

Este jueves, Francisco inició sesiones de fisioterapia motora, una decisión que los especialistas consideran positiva. Francesco Blasi, profesor de Neumología de la Universidad de Milán, explicó que la evolución del paciente es alentadora, ya que su sistema cardiovascular está bajo control y las complicaciones renales han desaparecido. Sin embargo, el uso prolongado de oxígeno indica que los niveles en sangre aún no son suficientes, lo que requiere una suplementación constante.
Blasi destacó que la neumonía bilateral que afectó al Papa agravó sus afecciones respiratorias crónicas previas, como la bronquitis asmática y las bronquiectasias. Además, recordó que en su juventud fue sometido a una cirugía en Buenos Aires en la que le extirparon el lóbulo de su pulmón derecho, lo que influye en su capacidad respiratoria actual.
“El tiempo de recuperación será largo, incluso con la efectividad de los antibióticos, ya que se trata de un paciente de 88 años con antecedentes pulmonares complejos”, explicó el especialista. En este sentido, resaltó la importancia de mantener una ventilación prolongada, especialmente durante la noche, para facilitar el descanso y evitar complicaciones.
Por ahora, el seguimiento médico es constante y la evolución del Papa Francisco se evaluará día a día. Su equipo médico mantiene las medidas necesarias para garantizar la mejor recuperación posible.