Si todos sabemos que van a fracasar, ¿porque intentan esas vetustas recetas? La respuesta es sencilla, porque conocen la razón de la inflación, pero como no pueden o no quieren corregirla, deben buscar un chivo expiatorio a quien culpar de la suba de precios.
Ya teníamos control de precios en las tarifas, agua, electricidad y gas, están controladas y atrasadas respecto de su valor real. Esto genera parte del déficit fiscal, al subsidiarse los valores de los servicios públicos, pero que de una forma u otra deben cubrirse, será con impuestos, que es lo mismo que pagar la tarifa al valor pleno (lo que me subsidian lo pago por otro lado), o con emisión monetaria espuria que termina en inflación. Este último escenario es el peor de todos, porque se terminan subsidiando el consumo de estos servicios a las clases medias y altas, con la suba de precios de los artículos de primera necesidad que afectan más a los sectores más humildes de la población. Es decir, subsidian el consumo de energía de los aires acondicionados de los estratos más altos con el IVA de los alfajores de los sectores más vulnerables.
Otro ejemplo de controles de precios que ya tenemos es el tipo de cambio, donde el dólar oficial vale un 85% menos que los dólares que se pueden adquirir en el mercado, resultando que el exportador (luego de retenciones) consigue colocar su producto en el exterior a $70 ($100 menos el 30% de retenciones), el importador adquiere productos al dólar de $100 y en el mercado local los bienes y servicios se referencian en un dólar de $185. Todos precios regulados desde el BCRA.
Hay más ejemplos de regulaciones, salario mínimo, jubilaciones y planes sociales, valen lo que se determina desde la política. También las tasas de interés están intervenidas, tanto para los ahorristas como para los tomadores de préstamos.
Pero aún con todo esto la inflación no se detiene. ¿Por qué? Porque no se ataca el origen  de la misma, el gasto público financiado con emisión monetaria. Y, como no se desea encuadrar las cuentas públicas, entonces, icardeame los precios, aparece un economista militante, ideologizado que trae una no respuesta a los problemas inflacionarios, control de precios. El mecanismo no funciona, pero se puede vender que estamos intentando hacer algo, la población entiende lo que se desea hacer y si los precios suben, será culpa de quien los informe al consumidor los precios y no de quien dice controlar y con su gasto sin financiamiento es el causante de la inflación.
El control de precios puede tener un mínimo éxito en el corto plazo, pero fracasa en el mediano y, sin dudas, en el largo plazo, donde veremos primero desabastecimiento y luego convalidación de suba de precios superior a la que se intentó controlar.
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