Provincia y municipio activaron ayer un "plan de contingencia" con 2.000 policías y refuerzo social a raíz de tres intentos de saqueos a supermercados en el Gran Rosario. Hubo al menos dos intentos de robos masivos a comercios en la zona sur de la ciudad y otro en Villa Gobernador Gálvez, que se concretaron parcialmente hasta que intervino la policía. Unas 65 personas permanecían anoche detenidas a disposición de la Justicia y cuatro resultaron heridas, ninguna de gravedad. Las autoridades vincularon lo ocurrido con "delincuentes que quieren aprovechar el momento del año y generar pánico". Y descartaron que hubiera agitadores políticos.
El gobernador Antonio Bonfatti relacionó los actos de vandalismo con "delincuentes, algunos de los cuales están presos" y aseveró: "Vamos a seguir castigando a aquellos que infrinjan la ley".
Durante todo el día, funcionarios de la gobernación estuvieron en contacto con autoridades nacionales, a quienes pusieron al tanto de la situación minuto a minuto.
Los acontecimientos ocurridos inicialmente en Gálvez y luego en Rosario pusieron en alerta a la policía, provincia y municipio que de inmediato diagramaron operativos especiales de contención y represión del delito.
La tensión generó una cumbre de autoridades políticas y de las áreas sociales de la Casa Gris y la Municipalidad, a media tarde en la sede de la Secretaría de Promoción Social municipal.
Allí la ministra de Desarrollo Social, Mónica Bifarello, admitió: "Daría la impresión que lo que está pasando tiene la misma mecánica que lo ocurrido a fines de 2012, incluso ha comenzado en las mismas zonas. Remite a lo ocurrido en aquella oportunidad", dijo en alusión a los sucesos del 19 y 20 de diciembre del año pasado.
El secretario de Seguridad, Matías Drivet, fue más cauto en el diagnóstico: "No tenemos ningún hecho registrado como el 19 y 20 de diciembre del año pasado. Tenemos reclamos frente a negocios, el hecho más grave ocurrió en Villa Gobernador Gálvez y hubo hechos muy menores en Rosario en dos lugares de zona sur que fueron rápidamente dispersados", indicó.
La causa quedó en manos del juez de Instrucción Penal, Gustavo Pérez de Urrechu (13ª nominación) quien caratuló el expediente como "tentativa de robo calificado en poblado y en banda". Lo acompañan en la investigación la fiscal Graciela Argüelles y el fiscal de Cámaras, Guillermo Camporini.
Los acontecimientos más graves se registraron en el barrio Coronel Aguirre de Gálvez. Un grupo de personas intentó ingresar al supermercado Hua Ding cuando el dueño había comenzado a retirar mercadería ante el temor de ser saqueado.
Cuatro personas resultaron heridas, un policía lastimado, varios móviles policiales dañados y 50 personas quedaron detenidas a raíz de los actos de vandalismo.
Al caer la noche, autoridades del Ministerio de Seguridad recorrieron la zona y detectaron "mucha gente en las calles y una situación de tensión latente".
En zona sur, en Ayacucho al 6200, decenas de perdonas ingresaron a un supermercado y se llevaron "bastante mercadería" y hasta la caja registradora. A pocas cuadras, varios comercios cerraron por temor a ser robados.
Y en Tablada, en Garay 70 unas 50 personas violentaron la persiana pero no llegaron a ingresar al local comercial. Los disuadió la llegada de unos 10 móviles policiales.
"No es un reclamo social"
La ministra Bifarello remarcó que "el conflicto no tiene origen en un reclamo social. Conocemos las demandas y la situación social está siendo atendida con las distintas organizaciones".
Drivet confirmó que se puso en marcha "un plan de contigencia" que involucra a unos 2.000 agentes en turno de la policía. "Tratamos de bajarle intensidad a la situación para no generar psicosis y que no pase lo del año pasado con comercios que cerraban en el centro por temor a robos. Estamos ahora en una tensa calma, no hay que dejarse llevar por los agitadores".
Al cierre de esta edición, habían aparecido rumores sobre más episodios en supermercados, pero no pudieron comprobarse.