Locales

El Concejo Municipal afronta semanas claves para la futura gestión

Mársico, Viotti y Sagardoy, protagonistas de decisiones importantes en el Concejo.

En los últimos dos meses el Concejo Municipal prácticamente no ha tenido debates políticos de intensidad. Ni siquiera en la previa de las elecciones locales se generaron discusiones subidas de tono: a nadie le convenía levantar olas, por distintos motivos, y en definitiva los temas abordados no dieron lugar al "chicaneo" que suele ser característico cuando hay intereses en pugna. Así, entre reconocimientos a instituciones y personas; o el tratamiento de algunas cuestiones de interés exclusivamente particular para algunos vecinos, las sesiones fueron avanzando sin que se resuelvan asuntos de relevancia extraordinaria.
Esa etapa parece terminarse a partir de la segunda semana de noviembre. No porque exista un espíritu belicoso entre los ediles, sino porque el Concejo deberá ocuparse de temas muy importantes que dejarán señales acerca del rumbo de la futura gestión.
En ese contexto, hay un tema sobresaliente que los concejales deberán tratar aún con la composición actual del cuerpo, es decir con Leonardo Viotti sentado en su banca. La sesión de juramento de los nuevos ediles será el 7 de diciembre. El jueves anterior se votará la ordenanza tributaria, que es la normativa sobre la cual se basa toda la estructura de ingresos propios del municipio, definiendo las tasas y derechos que percibe el Estado local. El texto en sí no tiene cambios respecto a la de los últimos años, pero lo que realmente interesa es el valor que se le asignará a la Unidad de Cuenta Municipal (UCM).
El valor de la UCM se actualiza semestralmente. Aunque en algún momento se propuso "automatizar" las actualizaciones aplicando una fórmula polinómica que contemplara el índice de precios mayoristas; el aumento de salarios de los trabajadores municipales y el valor del gasoil grado dos, con la inflación de los últimos semestres el porcentaje propuesto era alto. La actual oposición adoptó la postura de bajar esos porcentajes, atendiendo al deterioro del poder adquisitivo de los contribuyentes. Lisandro Mársico fue más lejos: aseguró que el Ejecutivo "inflaba" los números para lograr que le aprobaran algunos puntos menos.
Objetivamente, el resultado que arrojó esa política de Juntos por el Cambio contribuyó a una realidad que se ha comprobado en los últimos meses: la recaudación propia del municipio -sin contar la coparticipación provincial y nacional que llega al Estado local- no alcanza ni siquiera para pagar los sueldos. No fue el único factor, claro está, pero la participación de los recursos propios en la torta de ingresos totales del Estado municipal cayó ostensiblemente.
Ahora, los roles se invierten. JxC tiene mayoría cómoda en el Concejo, dado que el justicialismo tiene una banca menos por la renuncia de Brenda Vimo, quien no será reemplazada hasta que inicien su mandato los nuevos concejales electos. Será el Ejecutivo actual el que eleve la propuesta de porcentaje de aumento de la UCM, se supone que con supervisión de la contadora Silvina Bravino, que ya es mencionada como la futura secretaria de Hacienda y que tuvo sus primeros contactos con Noelia Chiappero, la actual secretaria. Con seguridad la propuesta de incremento para las tasas, desde enero, será superior al 50%, de acuerdo a lo que surja de la fórmula polinómica.
Los interrogantes son varios. Convertido en oficialismo, ¿JxC mantendrá el argumento de defender el bolsillo de los contribuyentes proponiendo un incremento inferior al que surja de la fórmula polinómica? ¿Qué postura pública asumirá Leonardo Viotti cuando vote, siendo que él mismo como titular del Ejecutivo será el que tenga que administrar los recursos -escasos- del municipio? ¿Qué llevaría a Mársico a considerar ahora que la fórmula polinómica es precisa, cuando antes sostuvo que estaba "inflada" por Castellano? ¿Difundirán de una vez por todas lo que todo contribuyente debería saber?
Para ser precisos: el contribuyente debe conocer -y los concejales deben averiguarlo y hacerlo público, porque esa es su tarea- cuál es la evolución de la recaudación de la Tasa General de Inmuebles, el Derecho de Registro e Inspección; el Derecho de Cementerio; y cuál es el recupero real, mes por mes, barrio por barrio, de las contribuciones por mejoras que el municipio pone al cobro. También debe quedar expuesto, en negro sobre blanco, la incidencia de la recaudación propia en la estructura de ingresos del Estado local. Todo lo demás es jarabe de pico, sólo sirve para politiquería vacía.
La postura de los concejales del justicialismo interesa menos. Además de no tener peso decisivo en las votaciones, se presume que luego de 32 años de gobiernos justicialistas cualquier corrección que pretendan hacer sin consenso total puede ser leída como palos en la rueda de una gestión que todavía no empezó.

La elección de autoridades

Por otra parte, JxC debe zanjar otra cuestión central: cómo se compondrán las autoridades del cuerpo legislativo. En primer lugar, quién presidirá el Concejo. Germán Bottero dejará la banca para asumir como secretario de Gobierno tras no conseguir la reelección. Hay dos candidatos para el cargo: Lisandro Mársico y Alejandra Sagardoy. Los dos tienen aspiraciones, pero todo indica que la elección será fruto de un acuerdo de cúpulas que excede a los propios concejales.
El PDP no pondrá funcionarios en el Ejecutivo. Ninguno de los nombres que suenan para el equipo de Viotti intendente viene de las filas del PDP, que en cambio está colocando a algunos de sus dirigentes más visibles en el esquema de gobierno de Maximiliano Pullaro en la provincia. Ningún cargo relevante, pero sí puestos dentro de la amplísima estructura provincial. Pero Mársico ganó las internas de JxC y su rol en la campaña fue significativo.
Con esos datos en la mano, parecería que Mársico tiene todos los números para ser el próximo presidente del cuerpo. Pero, ¿qué compromisos está dispuesto a tomar Mársico con Viotti en ejercicio de la Intendencia? ¿Es una colaboración sin condiciones? ¿O se reserva un margen de maniobra propio? Si fuera así, ¿cuáles son los límites de esa libertad que admitiría Viotti?
María Alejandra Sagardoy también acredita méritos para la presidencia. Fue la histórica secretaria de bloque de Germán Bottero, desde 1999. Cumple su segundo mandato en la banca, que la encuentra más sólida en sus intervenciones, más segura en sus posturas y muy concentrada en la tarea legislativa. Es la que más conoce los pasillos del Concejo, la que más relación tiene con los empleados y también la que registra más concienzudamente los temas que han pasado por el Concejo en las últimas dos décadas. Pero también está sustancialmente subordinada a lo que disponga su partido, la UCR. No irá a ninguna disputa interna que signifique contrariar la estrategia general de la UCR, que es la de Viotti intendente.
También de la definición sobre la presidencia surgirá lo que se decida sobre los cargos políticos. El secretario del Concejo tiene un rol fundamental: no solamente lleva la agenda de temas, sino que firma los cheques junto con el presidente del cuerpo. Franco Bertolín viene cumpliendo esa tarea. Se menciona que a Bertolín lo espera un cargo en el Ejecutivo, específicamente no como secretario del Ejecutivo, sino en un área clave: el despacho, la oficina por donde pasan decretos, resoluciones y ordenanzas que sanciona el Ejecutivo. Sagardoy es de la opinión que Bertolín debería quedar en el Concejo, para no complicar el funcionamiento del poder legislativo. Pero si Mársico resultara presidente, el secretario será un PDP, que podría ser el actual prosecretario, Marcelo Triguero. ¿Y el prosecretario? Lo lógico y políticamente correcto sería que ese lugar lo ocupara alguien designado por el PJ, pero JxC ha demostrado, en el Concejo, no ser políticamente correcto: si en el reparto de funciones y cargos puede quedarse con otra ficha, no habrá obstáculo que se oponga.
Para después del 7 de diciembre, ya con la nueva composición del Concejo, vendrá otra señal mayor: el voto de la nueva estructura orgánica, que deberá contemplar la promesa de Viotti de achicar el gasto político -Educación y Cultura serán unificadas, con ese orden de jerarquías ; Salud será absorbida por Desarrollo Humano; desaparecerá la Jefatura de Gabinete-; y el presupuesto municipal. Pero esa será otra discusión.

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