Vicentin, la cerealera que tiene en marcha un proceso judicial por deuda, presentó en las últimas horas de manera informal una propuesta de pago a sus acreedores. La intención es hacer un pago inicial a quienes les adeuda fondos y luego capitalizar los fondos restantes a través de acciones, para esto se recurriría a la venta del tercio de la participación accionaria que le queda en el complejo aceitero de Renova.
Actualmente y luego de un proceso de cesión a fines de 2019, Vicentin sólo conserva el 33,3 por ciento de las acciones de la planta que produce harinas, aceite de soja y biodiesel en el cordón portuario de San Lorenzo, correspondiendo el porcentaje restante a su socio Glencore.
El plan es destinar u$s 270 millones a pagar en efectivo en dos cuotas anuales, a abonar durante 2022 y 2023, con fondos provenientes de la caja de Vicentin y los generados por la venta del paquete accionario en Renova, que según una publicación de Ambito Financiero le dejaría a la compañía 300 millones de dólares de capital, que se repartiría proporcionalmente según la acreencia declarada por cada uno, que serían dolarizados al tipo de cambio vigente a la fecha del inicio del concurso ($ 60 por dólar, en febrero de 2020).
El Banco Nación es el principal acreedor con 1.200 millones de dólares, con lo cual recibiría un tratamiento privilegiado.
Esta tarde, el presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker, rechazó esta iniciativa a través de un comunicado oficial que manifiesta lo siguiente.
Es una propuesta inaceptable ya que implicaría el desguace de la empresa y la pérdida de puestos de trabajo. Para el BNA no es aceptable ni como acreedor quirografario ni como acreedor privilegiado.
Es un despropósito hacer una propuesta solo sobre ´el Nodo Norte´ o un grupo de empresas, ya que el crédito se destinó al conjunto de Vicentín. Este es un punto fundamental.
El Banco Nación tiene la posibilidad de ejercer el derecho de pedir la quiebra. Y la nueva propuesta no representa un buen camino para evitar esa opción.
La situación afecta los derechos del Banco Nación y del conjunto de los argentinos. Como país necesitamos un sector que procese granos, los exporte y agregue valor.
El Cram Down podría ser un camino y los créditos que otorgó el BNA podrían ser parte de una participación del Estado Nacional.
Los mismos que consumaron un fraude y se quedaron con una enorme cantidad de dinero, están viendo como siguen adelante en este proceso. No lo vamos a aceptar.
El BNA es el defraudado en el concurso y el default de Vicentín.
Estamos dispuestos mantener el diálogo y buscar soluciones.