Carlos Pérez es boliviano, hace 12 años que vive en Rafaela, en el barrio Monseñor Zaspe donde se fue conformando la comunidad de personas originarias de Bolivia. Hace 5 años que no vuelve a su país, al cual añora, y eso se le nota en la charla que tuvo con RAFAELA NOTICIAS. Tiene familiares allí y está seguro de que cuando sea "más grande" va a volver. Pero también sabe otra realidad: sus hijos no, ellos son argentinos y ya están habituados a vivir aquí. La charla de Carlos con este medio se dio en la "Festividad de la Virgen de Urkupiña" que se desarrolló este domingo en la ciudad, y que implicó una perenigración con bailes y trajes típicos por Av. Italia hasta la Capilla Itatí donde se realizó una misa. Luego todo continuó en el predio donde habita la comunidad boliviana en barrio Monseñor Zaspe, en Francia al 2750, donde además de actividades culturales bolivianas se podía disfrutar de comidas tradicionales.

Son unos 4 mil los bolivianos que llegaron a esta región, que incluye no solamente Rafaela sino también Esperanza y Sunchales, en busca de mejores oportunidades para sus familias, reconoce Carlos Pérez. Y si bien ahora la inmigración paró un poco, las noticias que llegan de Bolivia no son las mejores en cuanto a situación económica se refiere, así que no descartan la llegada de más coterraneos suyos. A Rafaela arribaron principalmente traídos por la empresa constructora Menara hace varios años, pero con el tiempo además de dedicarse a la construcción la comunidad abrió varios comercios de ropa, y ahora la actividad textil es otra de las que desarrollan en la ciudad. "Nosotros siempre estamos agradecidos a la Argentina porque gracias a que tenemos trabajo y nuevas oportunidades vivimos un poco mejor que en Bolivia", expresó Carlos. Quien como el resto de la comunidad radicada en Rafaela, busca mantener sus costumbres, entre las que está la de elaborar comidas típicas de Bolivia como el "pique macho, el chicharrón de cerdo o el charque", cuenta.