Este 19 de abril, miles de fieles que necesitan resolver un asunto de forma urgente le rezan a San Expedito, uno de los santos que más convocan dentro de la Iglesia Católica, pero ¿quién fue este patrono y por qué se lo celebra hoy.
¿Por qué San Expedito es el santo de las causas urgentes?
La historia de San Expedito está unida a la de una de las persecuciones religiosas más sangrientas de la Antigüedad: la sufrida por los cristianos entre los años 302 y 304 por parte del emperador romano Diocleciano. En aquel entonces, este soberano había instituido una tetrarquía, compuesta por dos augustos —de rango superior— y dos césares, que se repartían los vastos dominios imperiales. Bajo su regencia estaban las provincias orientales, que abarcaban buena parte de lo que hoy es Turquía, el Líbano, Israel, Siria y Egipto.
En esa región, estaba destinado Expedito, quien comandaba una legión del ejército romano. Según la tradición, un día del año 303 este habitante del Imperio tuvo la revelación de que debía ser cristiano, algo que en esa época era penado con la muerte. Sin embargo, su convicción era fuerte y estaba determinado a hacerlo.
El relato cuenta que, en ese momento, el diablo se le apareció en la forma de un cuervo y le dijo: “Cras, cras, cras”, que en latín significa “mañana”. Sin embargo, el santo no aceptó esta dilación y, con un furioso impulso, aplastó al animal mientras reponía: “Hodie, hodie, hodie”, es decir, “hoy”, una palabra que suele aparecer en la cruz que el romano carga en sus representaciones. Por no haber postergado su conversión, se lo considera el patrono de las causas urgentes.
Además de este rol, la agencia cristiana ACI recuerda que también es el “Patrono de los Jóvenes, Socorro de los Estudiantes, Mediador en los Procesos y Juicios, Salud de los Enfermos, Protector en los Problemas de Familia, Laborales y Negocios”.
¿Por qué se recuerda a San Expedito el 19 de abril?
La historia del camino de Expedito a la santidad fue atravesada por el martirio al que fue sometido este hombre que fue condenado a muerte por las autoridades romanas, quienes lo declararon culpable de practicar el cristianismo y no la religión tradicional del Imperio.
Luego de varios días de interrogatorio, lo ejecutaron el 19 de abril del año 303 en la ciudad de Melitene, sede de la provincia romana del mismo nombre, en la región turca de Capadocia. Junto a él, fueron pasados por las armas sus legionarios, que también se habían convertido a la fe de Cristo: Hermógenes, Gálatas, Caio, Aristónico y Rufo.
Aunque el reinado de Diocleciano estuvo atravesado por la violencia contra los cristianos —de esta época también data la ejecución de San Jorge, por ejemplo―, su expansión se consolidó en los tiempos siguientes.
Diez años después de la muerte de San Expedito, se emitió el edicto de Milán, que en el año 313 puso fin a la persecución contra los practicantes de esta religión. En el 380, el cristianismo fue adoptado como religión oficial del Imperio Romano por iniciativa de Teodosio.
María, es quién se encarga de la limpieza y mantenimiento de la capilla, que abre, todos los días del año para recibir a los cientos de fieles que se acercan para hacer sus peticiones y para agradecer.
Quienes lo deseen pueden colaborar con un alimento no perecedero o artículos de limpieza.