Cultura y Espectáculos

Cuando la ficción es el espejo de la realidad

Este Festival nos sorprende con obras que salen de lo pensado, como espectadores nos adentramos a un mundo de fantasía, pero también al de una realidad que poco se ve, o se nota. Así podemos comenzar a describir “Un Hueco”, la obra teatral que tuvo lugar en el vestuario de Atlético de Rafaela. 
Comenzando con la trama, debemos afirmar que, al ser espectadores, hemos sentido un varieté de emociones. Por momentos se presentaba una historia que terminaba en otra cosa, el desarrollo e hilo conductor que tenía hizo que cada diálogo encaje perfecto. En el momento preciso.

Las actuaciones de Darío Martínez, Marcelo Días y Cristian Di Carlo han brillado en escena. La construcción de los personajes ha sido muy cuidada, no hubo segundo que no hayamos estado mimetizados con lo que sucedía. 

Esta es una obra que demuestra que no se necesita mucha iluminación y puesta en escena para ser una pieza de arte. La locación fue un vestuario que en el día a día pasa desapercibido, pero en este acto, tomó una relevancia que nos hizo ser parte de la historia. Sentimos lo que sucedía. En cuanto a la iluminación, solo bastaron que sean dos lámparas cenitales y un foco extra en algunos momentos, para que nos adentremos a la historia. 
“Un hueco” es claramente la obra que esperamos ver pronto, de nuevo. Nos hizo salir de la estructura de la sala teatral y creemos que esa es otra arista desde la cual podemos afirmar que “el arte está en todos lados”. La realidad que muestra esta pieza teatral nos refleja como un espejo, las distancias que son acortadas cuando un hecho trascendental hace que volvamos a reunirnos, y el dolor hace que, en muchas ocasiones, ya sea tarde.

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