Luego de la reunión del día de la fecha con el Secretario de Comercio y funcionarios del Ministerio de Agricultura, la entidad cerealista reiteró su rechazo a tales medidas al considerarlas un estímulo negativo para la cadena productiva. Al respecto y como se transmitió a las autoridades nacionales sería más eficiente implementar alternativas para subsidiar la demanda y no la oferta.
Asimismo, la Bolsa señaló que la implementación de medidas de similares características en la historia reciente de nuestro País no fueron eficaces para contener los precios de los productos de la canasta básica que perseguían como objetivo. Al respecto, es menester que el Gobierno trabaje sobre las reales causas de la inflación que exceden al precio del maíz o del trigo, los cuales estuvieron siempre por debajo del ritmo inflacionario durante todo el 2021.
En ese sentido, cabe destacar que, tanto en estimaciones propias como en consensuadas con toda la cadena de los cultivos en cuestión, no existen problemas de abastecimiento del mercado doméstico e insistir en que la incidencia del maíz y del trigo en el precio al consumidor de los productos procesados es muy limitada y cualquier mecanismo de compensación no va a generar beneficios para el consumidor nacional.
Por último y como ya se ha expresado y analizado en las Mesas Intersectoriales de Trigo y Maíz, sería conducente que el Gobierno Nacional promueva e implemente una serie de medidas que incluyen desde la utilización de mecanismos de cobertura, financiación, y, fundamentalmente, propuestas para llegar a los sectores más vulnerables, a través de tarjetas de alimentos.
Maizar, tampoco
En otro comunicado, Maizar manifestó que esta propuesta de fideicomiso actúa como una retención encubierta, que se suma a las retenciones actuales y al tipo de cambio, que ya generan un desacople significativo con los precios internacionales, afectando la rentabilidad del productor y produciendo una caída de la producción.
El Gobierno debe trabajar sobre las causas reales de la inflación. Es conocido el bajo impacto que tiene el costo del maíz sobre los precios de los productos finales en góndola. Asimismo, resulta absurdo que el productor de maíz deba subsidiar productos que ni siquiera están vinculados a su cadena de valor.
Este tipo de medidas intervencionistas sobre los mercados minan la confianza entre los distintos actores de las cadenas de valor y conducen a que se retraigan las inversiones, afectando a la producción y la comercialización.
El país atraviesa una profunda crisis económica y social. En este contexto, no tiene sentido implementar normativas que van en contra del desarrollo productivo federal y del empleo genuino. Es enorme la oportunidad que tenemos hoy los argentinos para crecer a partir de la producción de maíz y de sorgo y su transformación en múltiples productos sostenibles que hoy demanda el mundo.