En los últimos días ganó fuerza la versión de que la concejala Brenda Vimo renunciaría a su banca. La doctora Vimo tiene mandato hasta el próximo 10 de diciembre y desde hace tiempo resolvió dar un paso al costado -al menos momentáneamente- en la función pública: no intentó la reelección y desde hace más de un año reactivó su consultorio privado y retomó parcialmente la atención a los pacientes. En ese contexto, y faltando tan poco para terminar su gestión como concejala, parece extraño que se hable de una renuncia, que obligaría a activar los mecanismos de sucesión y designar a un edil reemplazante por sólo dos meses, o menos.
Lo cierto es que Vimo efectivamente habló con el presidente del Concejo, Germán Bottero, y con algunos de sus pares, para interiorizarlos de una situación particular que afronta. Vimo trabajó durante más de 20 años en la salud pública y tiene una carrera dentro de la estructura de personal de salud. Desde su ingreso a la función pública se encuentra en uso de licencia política (antes de ser concejal fue subsecretaria de Salud y luego secretaria de Desarrollo Humano del municipio) y ahora, por razones personales, necesita renunciar a su licencia política y retomar su carrera como profesional de salud dentro del Ministerio de Salud.
Se trata de una cuestión fundamentalmente administrativa, ya que incluso habría una vacante dentro de las áreas técnicas del Ministerio de Salud que Vimo estaría calificada para ocupar, pero en esa "transición" se plantea el tema de su alejamiento anticipado del Concejo, sobre todo en términos administrativos.
La solución que se está pensando, partiendo desde la lógica, es que Vimo pueda tomar una licencia especial, con acuerdo de sus pares, siempre y cuando la situación que ha planteado la concejala se termine confirmando, ya que por ahora es sólo una posibilidad.