Deportes

Boca perdió ante Cruzeiro por penales y quedó eliminado en los octavos de final de la Copa Sudamericana

Merentiel erró el último penal y Boca quedó eliminado de la Copa Sudamericana

A los 9 segundos, todo se redujo a la heroica o nada. La indefendible expulsión de Advíncula, que le dejó estampados los tapones en el tobillo a Lucas Romero, le metió IVA a un partido que de por sí traía una dificultad enorme, entre el escenario, el rival, y la ausencia de Cavani. Fue un presagio de lo que vendría después, porque todo olía a desastre en la noche del Mineirao, pero habrá que decir que Boca jugó con una valentía y un coraje que lo deja a salvo de la caza de brujas, tan común en este club. Por supuesto que la derrota traerá sus consecuencias, porque habrá cosas que revisar. Pero el equipo no tiene nada que reprocharse, fue una hazaña igual, aún en la derrota. Tanto, que a Cruzeiro le costará explicar cómo fue que terminó penando en los penales.
De todas formas, todo lo que podía salir mal salió, tan temprano y tan brutal que hasta parecía a propósito: Nicolás Figal, el elegido por Diego Martínez para reemplazar al peruano, perdió la pelota en la salida, y de esa jugada vino el gol de Henrique. Es fácil caerle al entrenador de Boca, pero hay que decir que no tenía a otro para poner (la otra opción, Lautaro Di Lollo, también es central), entre otras cosas porque Martínez se cansó de pedir otro lateral derecho (con Blondel lesionado y Weigandt transferido al Inter Miami antes de la Copa América), pero el Consejo (del Mate según la propia definición de Riquelme) no le dio el gusto. El Gigoló tiene su parte, claro que sí, porque Figal ya había jugado mal en esa posición frente al San Lorenzo, el domingo. En tal caso, en la foto de la derrota hay lugar para varios...
Entonces, en menos de 10 minutos, Boca jugaba con uno menos y para colmo iba perdiendo. Los penales pasaron a ser, demasiado temprano, el bote salvavidas en medio de un Titanic que se hundía, pero ya estaba entrando demasiada agua por todos lados.
Boca intentó, en modo emergencia, aguantar con Merentiel de mediocampista, buscando alargar el partido lo más posible. Inclusive, Zenón tuvo un gol servido, luego de que Zé Ivaldo perdiera la pelota en la salida, pero le pegó muy mal (el pésimo estado del campo ayudó) y la tiró afuera. Y dos minutos después, vino otro error defensivo tras un córner (¿no era saque de arco previo?) y de afuera Walace, desvío en Giménez mediante, facturó. Ya era demasiado.
La enorme actuación de Boca comenzó a edificarse poco a poco. El equipo de Martínez empezó a olfatear una nítida endeblez mental del Cruzeiro. Que comenzó a notarse en el pánico escénico del miedo a ganar. Milton Giménez, después de otro error en la salida del local, tuvo el descuento a disposición, pero falló. Casi insólitamente, Boca seguía en partido. Y si bien sufrió (milagrosa chilena de Lautaro que tocó Chiquito y dio en el palo), en la última jugada del primer tiempo, Lema ganó un centro de Pol y Milton llegó a un descuento clave, casi milagroso.
Boca jugó un segundo tiempo descomunal, sostenido en lo físico y en lo emocional, apoyado en Chiquito, en Lema y en Rojo, en un Pol Fernández enorme, en las ganas de todos, Con coraje, dejó la piel en la cancha y fue superior a un Cruzeiro de mandíbula de cristal, que por esas cosas quedó a salvo de una pecheada histórica. Fue un segundo tiempo de locos, en el que casi nunca se notó la diferencia numérica, en el que Boca estuvo siempre a punto de meter el segundo gol, que habría sido un golpe de nocaut para el local.
Cruzeiro, claro, tuvo más aire para cerrarlo. Chiquito Romero sacó dos pelotas milagrosas (un tiro a Pereira, que manoteó y dio en el palo y un cabezazo a Arthur Gomes), pero Boca, en el último suspiro, fabricó la más clara de todo el partido; centro de Saracchi para la llegada libre de Merentiel, pero le sacaron el gol en la línea.
Después, la historia aparte de los penales. Con un Romero desconocido (no acertó ningún penal y en dos se quedó parado), la ilusión de Boca se murió en el quinto, con la Bestia mandando su tiro a la tribuna. A veces, se pierde ganando y se gana perdiendo. Partidazo igual, Boca.

El lamento de Miguel Merentiel por el penal errado
Fuente: Olé.com
COPA SUDAMERICANA BOCA JUNIORS

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web