El Gobierno decidió oficializar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), en lugar de presentar un proyecto de ley en el Congreso, como había anunciado el presidente Javier Milei durante la apertura de sesiones ordinarias.
La vocera del FMI, Julie Kozack, confirmó que la aprobación legislativa no es un requisito para el acuerdo. "Tener el apoyo del Congreso es una decisión de las autoridades, tal como lo establece la legislación interna argentina", afirmó en una conferencia de prensa en Washington.
Motivos detrás de la decisión
El presidente Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, evaluaron que brindar detalles del acuerdo en el Congreso podría generar incertidumbre en los mercados financieros. Según esta visión, revelar información sobre eventuales, como la eliminación del cepo cambiario o un posible ajuste del tipo de cambio, podría generar movimientos anticipados que afectarían la estrategia económica y política del Gobierno.
En este contexto, Caputo aseguró que el acuerdo con el FMI no implicará una devaluación. "Habrá fondos frescos para recapitalizar el Banco Central sin incrementar la deuda bruta", explicado en una exposición ante empresarios.
El FMI y el impacto en el esquema cambiario
En los próximos días se conocerán los detalles del diseño de dólares que el FMI otorgará a la Argentina y las condiciones que impondrá al Gobierno. En su discurso ante el Congreso, Milei adelantó que el acuerdo facilitará la transición hacia un esquema cambiario "más libre y eficiente", con el objetivo de atraer inversiones y reducir la inflación.
Sin embargo, aún no está claro si el acuerdo incluirá cambios en la política cambiaria actual. Entre los interrogantes abiertos, se encuentra el futuro del "dólar blend", que permite a los exportadores liquidar el 20% de sus ventas en el mercado libre. También se analiza cuántos dólares adelantará el FMI para fortalecer las reservas del Banco Central, que en enero destinará 985 millones de dólares para evitar una ampliación de la brecha cambiaria.
El Gobierno implementó hace un mes un esquema de "crawling peg" con una devaluación mensual del 1%. Resta ver cómo se alineará esta política con los compromisos asumidos en el nuevo acuerdo y el objetivo de reducir la inflación.