El Instituto de Capacitación y Estudios para el Desarrollo Local (ICEDeL) dio a conocer los datos oficiales del mercado laboral según los indicadores registrados por el Relevamiento Socioeconómico de Rafaela. En ese marco, se registró un leve incremento en las tasas que miden la cantidad de personas con problemas de empleo, respecto a los números del 2022: este año se registraron, al momento de hacerse el relevamiento -en la última semana de mayo de 2023- un 6,7% de tasa de desocupación, y un 7,4% de subocupados demandantes, que es la categoría de personas que trabajan menos de 35 horas semanales pero están buscando activamente ser empleados durante mayor tiempo. En el 2022, los porcentajes para ambos ítems eran de 6,5%, totalizando un 13%. En 2023, las personas con problemas de empleo suman en total 14,1%, dentro de la Población Económicamente Activa.
Los datos del relevamiento -recogidos en un trabajo de campo concretado por estudiantes universitarios y terciarios con capacitación del ICEDeL entre el 28 de mayo y el 3 de junio- fueron presentados por el director ejecutivo del Instituto, Diego Peiretti; y la Lic. Lucía Rojo, autora del informe final. La encuesta se realizó en 666 viviendas donde se deetectaron 689 hogares.
Los datos
La desocupación se mide sobre las personas que buscan trabajo y no incluye a quienes, no teniendo empleo, tampoco buscan tenerlo. Así, la tasa que mide los niveles de actividad se denomina Población Económicamente Activa, que son las personas que tienen algún trabajo y ocupación remunerada, o buscan tenerlo. Esa tasa, en Rafaela, es de 51,8%, contra 49,7% del año pasado. Es el indicador más alto desde 2013, en las últimas diez mediciones (2020 no se realizó el relevamiento por la pandemia). ¿Qué significa? Que hay más personas que sienten la necesidad de trabajar y se han incorporado al mercado laboral. Por eso el incremento de las tasas de desocupación y subocupación debe leerse también considerando este aumento en la PEA. En Rafaela, la PEA es mayor que en el país -la media nacional es de 47,6%- y que en el Gran Rosario, donde alcanza 50,2%.
Sobre la base de esa PEA, la ocupación plena alcanza al 83,2%; la subocupación no demandante al 2,7%; la subocupación demandante al 7,4% y la desocupación al 6,7%. Respecto al 48,2% que no integra la población activa, el 31,2% son jubilados o pensionados; 29,4% estudiantes; 28,3% son menores de 10 años; 8,3% son encargados de tareas del hogar (de este porcentaje, 95% son mujeres), 2,2% están en otra situación y 0,6% son rentistas.
Perfiles
El relevamiento indica que 69,1%, es decir casi 7 de cada 10 desocupados, son menores de 30 años. Además, más de la mitad de los desocupados son mujeres: 52,8%. Este último porcentaje disminuyó considerablemente respecto al año pasado. En contraste, creció 5 puntos porcentuales la participación de los mayores de 45 años en el universo de desocupados: ahora son 17,6%.
Además, 2 de cada 3 desocupados (67,7%) ya tuvieron un trabajo anterior y 29,4% no tienen estudios secundarios. Un 27,9% buscan trabajo desde hace más de un año. Estos indicadores revelan que entre los desocupados es cada vez mayor el número de personas con ocupación anterior y estudios secundarios completos. Experiencia y secundario son requisitos importantes para conseguir trabajo, pero cumplir con ellos no es suficiente para hallar empleo.
Si se analiza por género, la tasa de desocupación entre las mujeres es un punto porcentual más que en el promedio general: 7,7%. Entre los varones es el 5,9%. Además, 2,4% es la tasa de desocupación entre jefes y jefas de hogar. Entre los menores de 30 años la tasa pega un salto fenomenal: 17,3%. Y entre las mujeres menores de 30 casi triplica a la tasa general: 19,4%. En cambio, entre los jóvenes varones asciende menos, a 15,6%.
Pese a estos datos, los indicadores son positivos en el sentido de que se achicó considerablemente la brecha entre la desocupación abierta y el desempleo entre los jóvenes, mientras que también en 2023 se encontró la menor tasa de desocupación entre ls mujeres en los últimos diez años, con una mejora en sectores como construcción e industria, donde la inserción laboral de la mujer creció ostensiblemente.
En cuanto a la distribución sectorial de las ocupaciones, la mayor cantidad de mano de obra la ocupa el sector servicios, con 51,3%. El 20,2% de los trabajadores está empleado en el comercio y el 19,3% en la industria, siendo todos valores que se mantienen relativamente estables. Un 7,8% está en la construcción y el 1,4% en el sector agropecuario.