La ciudad de Rafaela se convierte en el hogar del único telescopio solar del país en su tipo, construido gracias a la iniciativa del reconocido astrofotógrafo Eduardo Schaberger, con la participación de una empresa local.
Este telescopio, diseñado específicamente para observar el Sol, se destaca por su singularidad, ya que no existe en el mercado comercial y pocos artesanos en el mundo se dedican a su fabricación por encargo. La empresa SE Electrónica, conocida por su experiencia en la fabricación de maquinaria para envasado de productos balanceados, asumió el desafío de construir este instrumento astronómico bajo la dirección de Jorge Squeff y Hugo Bersano. "Yo tenía idea de cómo tiene que ser, cómo tiene que funcionar un telescopio de esos, pero había que hacer todo el diseño de la estructura, armarlo, y tener maquinaria para trabajar todos esos metales. Entonces, desde la empresa hicieron todo el cálculo, todo el desarrollo, y me armaron todo el telescopio", comentó Schaberger a RAFAELA NOTICIAS.
La estructura del telescopio está íntegramente fabricada en aluminio, utilizando diversas técnicas de manufactura. Se emplearon moldes para fundir aluminio, láser y prensadoras para dar forma a diferentes componentes, y piezas torneadas en aluminio para sostener el espejo principal. La empresa utilizó su experiencia en diseño, maquinaria y electrónica para llevar a cabo el proyecto de principio a fin.
El telescopio se basa en un espejo parabólico especial, tallado con precisión en el Reino Unido (que Schaberger mandó a realizar), que refleja solo el 4% de la luz solar, protegiendo tanto la integridad del equipo como la seguridad del observador. El espejo secundario (también hecho en Gran Bretaña), aluminizado y colocado a 45 grados en la punta del telescopio, dirige la luz hacia un costado, permitiendo la captura de imágenes mediante una cámara.
El diseño abierto de la estructura del telescopio es fundamental para evitar la acumulación de calor y la generación de turbulencias internas que afectarían la calidad de la imagen. Además, la elección del color blanco en la pintura busca reflejar la mayor cantidad de luz solar, evitando el sobrecalentamiento de los materiales.
El proceso de construcción, que tomó varios meses, incluyó pruebas y rediseños para asegurar la precisión milimétrica requerida. Aunque el proyecto surgió de una inquietud personal de Eduardo Schaberger, el trabajo en equipo y la experiencia de SE Electronica fueron esenciales para convertir la idea en realidad.
"Todo tiene que tener una precisión milimétrica porque un espejo proyecta una imagen a un punto exacto determinado y de ahí lo desvías con un espejo secundario hacia el costado. Entonces hubo que hacer todo un diseño en programas de CAD de diseño en computadora para hacer todos los cálculos de las distancias que tenían que tener cada una de las cosas y eso no tiene mucho margen de error más que milímetros", explicó Schaberger.
El principal desafío - comentó el entrevistado- radicaba en la falta de un telescopio específico para realizar las mediciones necesarias. La investigación se basó en el análisis de fotografías de personas utilizando este tipo de telescopios, comprendiendo su funcionamiento. Algo que pudo hacer dada su experiencia en el ámbito de la fotografía solar y su seguimiento a destacados fotógrafos europeos con equipos similares. "Aunque carecíamos de medidas precisas, observamos los diseños y estructuras de los telescopios en sus fotos y comenzamos a desarrollar el proyecto", explicó Schaberger. Quien además comentó que la limitación de recursos locales y la necesidad de mantener costos razonables condujeron a un proceso creativo de adaptación, combinando elementos de diversos diseños y utilizando materiales disponibles.
El desafío de observar el Sol
Eduardo Schaberger explicó que la necesidad de este telescopio surgió de las limitaciones existentes en el mercado para telescopios de mayor apertura destinados a la observación solar. Los telescopios convencionales con filtros no eran adecuados para la fotografía solar de alta resolución que él buscaba realizar.
El telescopio solar de Rafaela ofrece una solución única, permitiendo la captura de detalles precisos del Sol sin comprometer la seguridad del observador ni la calidad de la imagen. La construcción de este instrumento representa un logro significativo para la comunidad astronómica local, destacando la capacidad de innovación y desarrollo tecnológico en la región y el país. El telescopio ya fue utilizado por Schaberger para fotografiar una mancha solar.