Entre la tarde del martes y la madrugada de este miércoles, fueron consumados dos ataques con armas de fuego en la ciudad de Rosario, que tuvieron como objeto el amedrentamiento al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro y a su familia. Estos son la consecuencia directa de la ejecución del traslado de los presos de alto perfil –narcotraficantes y sicarios– en la Unidad Nº 11 que se ejecutaron desde primera hora del martes.
El primero de estos ataques sucedió alrededor de las 19:20 del martes cuando dos delincuentes en una moto dispararon sobre la sucursal del banco Macro ubicada en la esquina que forman la avenida Ovidio Lagos y Saavedra. Luego de esto, los malvivientes dejaron una nota amenazante al gobernador y su familia. La policía secuestró cuatro vainas servidas calibre 40 (que es como una pistola calibre 9 mm chica) que son proyectiles de guerra. También, los oficiales que asistieron al hecho, convocaron a médicos y una unidad de emergencia que asistió a una mujer que se descompensó luego de sufrir la situación de violencia de la que se convirtió en involuntaria testigo.
El segundo de estos ataques sucedió cerca de la una de la madrugada de este miércoles cuando una persona del sexo masculino se acercó al hospital Clemente Álvarez y emitió un disparo sobre una de las calles laterales en la que se encuentra el edificio, Vera Mujica. El seguridad del lugar salió de su lugar de guardia y halló una nota en la que también se reiteraba la amenaza contra el gobernador Pullaro y su familia. El oficial hizo aviso al 911 y rápidamente se hizo presente en el nosocomio personal de la Policía de Investigaciones PDI y los peritajes que realizaron su trabajo en el lugar, que también buscaron imágenes de las cámaras de videovigilancia de la zona con miras a la identificación del autor del disparo.